diciembre 24, 2011

Leyes Universales - Silo



Extraído del material "Siloísmo" de H. Van Doren


Ley de estructura :

Nada existe aislado, sino en relación dinámica con otros seres dentro de ámbitos condicionantes".

Esta ley indica que no son válidos los estudios que se hagan de un objeto aislado si no se lo relaciona con otros objetos que estén en el mismo medio y si no se tiene en cuenta que tanto ese objeto de estudio como los otros que se relacionan con él están en movimiento. Lo dicho vale tanto para comprender la realidad como para actuar sobre ella.

Ley de concomitancia :

"Todo proceso está determinado por relaciones de simultaneidad con procesos del mismo ámbito y no por causas lineales del movimiento anterior del que procede".

Esta ley está relacionada con la anterior. Veamos un ejemplo: en un momento dado en una sociedad surgen expresiones revolucionarias, y simultáneamente expresiones artísticas y culturales que no dependen de esas expresiones revolucionarias. No obstante, las unas y las otras reflejan el mismo momento que se expresa de diverso modo. Estas expresiones actúan unas sobre otras, pero no debe pensarse que algunas sean "causas" y otras "efectos".

Ley de ciclo :

"Todo en el Universo está en evolución y va desde lo más simple a lo más complejo y organizado, según tiempos y ritmos cíclicos".

Los procesos evolutivos no se desarrollan en línea recta ni con tiempos o aceleraciones constantes sino que surgen, crecen, se desarrollan, declinan y se desorganizan, pero al desorganizarse dan nacimiento a nuevas formas que repiten el mismo proceso. No obstante, los procesos no están desconectados sino que los elementos progresivos del paso anterior continúan en el posterior. De este modo, los ciclos no son círculos cerrados sino que tendrían "forma" de espiral (1). Ejemplo: todas las civilizaciones han seguido el proceso de surgimiento, crecimiento, desarrollo, declinación y desorganización, pero la experiencia acumulada más evolucionada siempre pasó a otra civilización que desarrolló aún más los momentos anteriores. De otro modo, la humanidad siempre estaría recomenzando desde el mismo punto y el hombre sería el cavernícola que siempre estaría naciendo y muriendo sin descubrir el fuego.

Ley de la superación de lo viejo por lo nuevo :

"La continua evolución del Universo muestra el ritmo de diferencias, combinaciones y síntesis cada vez de mayor complejidad. Nuevas síntesis asumen las diferencias anteriores y eliminan materia y energía cualitativamente no aceptables para pasos más complejos".

Esta ley está conectada con la anterior y explica que una estructura se desintegra porque no puede hacer frente a las nuevas situaciones que le impone el desarrollo, en cambio los elementos más nuevos y de mayor vigor se desarrollan desde su interior hasta desplazar el sistema más viejo. Este nuevo sistema es siempre más complejo y evolucionado que el anterior.


Estas cuatro leyes son las que se tienen en cuenta para encarar cualquier problema, pero la correcta forma de manejarse con la realidad exige de un método.


 SGyP


diciembre 14, 2011

La Fe - Silo


LA FE

Charla de Mario (Silo), 1968



No significa lo mismo la palabra “dignidad” para un hombre primitivo que para un científico. Tampoco este término afectará en la misma forma a un hombre de nivel –con respecto al Trabajo- que a otro con nivel distinto. Para hablar de la Fe, en consecuencia, deberíamos clasificar al hombre con respecto al Trabajo; por lo menos provisoriamente.
Usando un esquema, cuya única finalidad (utilidad) es facilitar la transmisión de nuestras ideas, diremos que existe un hombre Nº 1, un hombre Nº 2, otro Nº 3,4,5,6,7. Sería ésta una clasificación del hombre con respecto a su desarrollo en el Trabajo. Los tres primeros estados, en cuanto al nivel de comprensión se refiere, están a un mismo nivel, aunque se diferencian por la forma en que el individuo se desenvuelve en el mundo. El Nº 1 tipológicamente es motriz, el Nº 2 es emotivo y el Nº 3 es intelectual.

Para estos tres primeros hombres, que integran toda la gran humanidad (excepción hecha de unos pocos), el concepto de Fe parecería corresponder lisa y llanamente al de “creencia”, o sea, aquello con contamos, aquello de lo que no tenemos duda y que no discutimos porque no conocemos. La Fe para el hombre ordinario es una creencia vestida de cierto misterio sobrenatural.

El diccionario pequeño no dice poco: “Virtud por la cual creemos las verdades divinas. Creencia”. Buscamos la palabra “virtud” y leemos: “Actividad o fuerza de las cosas para producir efectos. Disposición del alma para obrar de acuerdo a la ley moral”. Aún no satisfechos buscamos la palabra “alma” y encontramos: “Substancia espiritual e inmortal del Hombre (del latín: ánima)”. Creemos que el diccionario, si no lo dice todo, dice mucho. Pero el hombre ordinario no medita sobre los datos que tiene.

El hombre Nº 4 de nuestro esquema, conocido como el “hombre del umbral”, es aquél que está en camino, pues conoce el Trabajo; se lo llama también “hombre de la ruptura y la vacilación”, y ya para él las palabras y los conceptos dejan de ser ordinarios cobrando un especial sentido. Y no puede ser de otro modo puesto que su nivel de comprensión es más alto. Para él, la creencia, la Fe, no cambian como conceptos, si bien tiene mayor profundidad sobre ellos, pero las cosas o fenómenos que provocan una Fe o una creencia, cambian.
O sea, a mayor desarrollo, aquello que provoca la Fe es necesariamente distinto.
No hablaremos de la Fe del hombre Nº 5, 6 ó 7. Pero como hemos mencionado, para ubicar al hombre del umbral en una escala donde se destaque su posición intermedia entre superior e inferior a él, diremos que ellos, en diferentes medidas que los distinguen, han logrado un grado superior de conciencia.

Volviendo al hombre ordinario, lo vemos educado en un sistema de creencias ya establecidas para su tiempo histórico. De su aceptación o rebeldía a algunas de ellas dependerá su posición en el mundo, pero siempre estas aceptaciones o rebeldías serán de orden periférico: como modalidades dentro de la posición impuesta por el sistema en que vive. Tendrá un margen reducido para adquirir nuevas creencias, y esta adquisición, en general, la logrará por medio de la crisis.
Vale decir, el cambio de creencias lo provoca la intervención de un sistema mayor dentro de un sistema menor en el cual se mueve el individuo.
Un nuevo descubrimiento científico, por ejemplo provoca una crisis y el individuo pierde el apoyo de una creencia que ya no le sirve como apoyo, pues con la antigua no puede sobrepasar la crisis anterior, viéndose obligado a buscar una creencia nueva.

Nuestra época se caracteriza por una crisis general de valores, los vocablos “dignidad”, “honor”, “ley”, “éxito”, y así siguiendo se mantienen iguales; pero los fenómenos que provocan la actitud de “dignidad”, “honor”, “ley”, “éxito”, etc. ya no son los mismos de antes. De cierta manera podríamos decir que han cambiado de significación para el hombre.
Indudablemente, el mundo circundante en movimiento (algunos hablan de desarrollo) siempre provocará este cambio en la percepción del hombre. Lo que nosotros hemos querido enfatizar es la crisis general de valores que cada cierto tiempo aparece en la humanidad al derrumbe de cada civilización.

En estas épocas, se renuevan los hábitos sedimentados en el hombre y dentro de él hay campo fértil para que nuevas creencias puedan crecer. Y es porque en tales épocas los fenómenos circundantes se diferencian netamente de los anteriores. Lo viejo comienza a saturarse, a no servir como instrumento.
Algunos de los fenómenos que provocan el nuevo significado de las palabras ya se han presentado y las palabras “comida”, “dinero”, “amor”, “lujo”, “velocidad”, y tantas otras que se presentan ya al hombre común con otros rostros diferentes del antiguo. Y el hombre común periféricamente cambia, manteniendo igual nivel de comprensión que antes.
Pero el que adopta un punto de vista global y estudia el peculiar desarrollo de la época, sabe que aún faltan por aparecer los fenómenos que transformarán el antiguo gesto de la palabra paz, religión, conciencia, supervivencia, esperanza u otras de idéntica tónica.

Nosotros, bien sabemos que esos fenómenos están en vías de aparecer, precisamente como necesidad de sobrevivir la crisis histórica que comienza. Los hechos por aparecer deberán provocar cambios en la Fe y en la conciencia del individuo.

Esta seguridad por sí sola, implica para nosotros una misión, puesto que dependerá de un grupo de hombres selectos, el correcto conocimiento de los fenómenos. Sólo una correcta interpretación de ellos permitirá que el hombre ordinario saque el más rápido y mejor provecho de lo mismo.
El grupo selecto que reconocerá esos fenómenos actuará a su vez, como fenómeno para el hombre ordinario y le asegurará una creencia y una Fe como producto de hechos que justifiquen el significado de esas palabras. Se tratará de defender al vulgo de gastar su tensión emotiva (y por ende su conducta) en creencias que no lo dirijan a una paz, hacia una armónica supervivencia.
Para que esa interpretación de fenómenos sea correcta, el hombre selecto no puede equivocarse en su propia Fe.

Y para ese hombre que comienza su evolución, la Fe irá irremisiblemente ligada al Trabajo.
Sólo quien comience a reconocer claramente aquello que obstaculiza o facilita el Trabajo, podrá tener Fe adecuada a su desarrollo y podrá pertenecer a la selección de individuos capacitados para reconocer la validez o invalidez de los hechos históricos que se avecinan.
Esto último no es fácil. Hay hechos que aparentemente tienen importancia, que parecen fijar pilares históricos inconmovibles y luego el tiempo se encarga de ordenar las importancias, levantando hechos olvidados a la categoría de acontecimientos y oscureciendo presuntos acontecimientos en el olvido.

Ese ojo para discernir, para interpretar, debe ser desarrollado. Hay Métodos. “Los que tengan oídos que oigan”; dijo el Maestro.
Quiso decir una sola cosa. Quiso que pudiera ser entendido por hombres de distintos niveles. Nosotros aventuraremos una de las interpretaciones y anotaremos que el hombre ordinario no coincide con aquél que ya está en el Trabajo.

Nosotros diremos que para oír, lo primero es tener oído, tener ese ojo del cual hablamos, sin el cual es imposible ver u oír. O sea, en una primera etapa, no se trataría de oír bien sino de construir un oído. Para nosotros, en un principio largo y difícil, construir un oído es desarrollarnos a nivel del hombre del umbral, pero de ese modo quedaría todo dicho y no podríamos exponer algunas ideas que podrían servir a los interesados.

Decíamos Fe especial, pues sobrepasa el concepto de creencia y el concepto ordinario de Fe.
Volvamos al pequeño diccionario para ver que otras de las acepciones que propone, es: “Virtud por la cual creemos verdades divinas”, y como no estábamos ciertos de qué es lo que la gente entiende por virtud, vimos allí que se trataba de: “una disposición del hombre para obrar”. Pero nosotros sabemos que el hombre común no tiene alma; hasta el pequeño diccionario, opina que es una “sustancia espiritual e inmortal del hombre”
Sabemos que el alma –ánima- debe ser construida penosamente para hacerse recién después, acreedora a un destino. Sabemos que el hombre máquina no posee voluntad y que nada “hace”, sino que todo le “sucede”. Para estudiar entonces el tipo de Fe que correspondería al hombre en vías de desarrollo, remitámonos a ciertos aspectos fundamentales del Trabajo.

En la etapa de la cual hablamos, la preocupación está puesta en conocerse a sí mismo, es conocer la propia máquina como condición previa para más tarde poder dejar de ser una máquina.
En esta etapa, el sujeto estudia sus funciones, la corrección de sus centros de gravedad, sus reacciones, sus ciclos, su inevitable mecánica particular de dependiente de una máquina más amplia que lo contiene y lo determina.

En esta etapa, su pensamiento relacionante se desarrolla y tiende a ser menos dominado por raciocinios exclusivamente causales y asociativos; el mismo conocimiento de su estructura, por elemental que éste sea, lo lleva a considerar el Universo como una estructura donde todo se mueve articuladamente de acuerdo a leyes objetivas. Es esto último, precisamente lo que lo hace acreedor a una Fe distinta a la del hombre ordinario.

Es Fe, la del hombre de Trabajo, que se caracteriza por cierto grado de certeza; no decimos claridad analítica hacia lo que provoca la Fe, que destruiría el concepto de Fe; sino la de “certeza de creer en...”, como corolario de sus certezas en creencias menores, que ya han dejando de ser creencias para transformarse en evidencias.
Seamos más claros.

Si he acostumbrado mi mente a desechar el análisis de un fenómeno aislado, desconectado de aquellos otros que lo explican.
Si he comprobado experimentalmente la interconexión de fenómenos y la necesidad de comprenderlos de acuerdo a su posición en una estructura general.
Si entiendo que un sistema cualquiera se comprende teniendo en cuenta el medio en que se desenvuelve, el sistema mayor que lo alimenta y uno menor que recibe del mismo.
Si he comprobado ciclos de una planta que nace, crece y decae, y he relacionado esos ciclos con mis propios ciclos, relacionando velocidades y utilidades.

Entonces diré que comienzo a usar mi forma de pensar relacionante. Y entonces me preguntaré por qué estoy en el Camino. Por qué yo estoy en esta fecha y en este ciclo. Entonces relacionaré grupos y acontecimientos, con la etapa histórica en que vivo, entonces los fenómenos que ocurrirán no se me presentarán aislados como al hombre común, sino relacionados. Esta relación será el hilo de la madeja. La madeja descubrirá el Sentido.
Lo anterior, es un aspecto del problema. Una base para desarrollar el oído del cual hablamos. Para el que está en el Trabajo se necesitará que no sólo perciba de una forma especial, sino que distinga los rasgos del hombre despierto, que él mismo desea llegar a ser. Y si no puede, que distinga los frutos para así reconocer el árbol.
A causa de todo esto; de comprobar que el Trabajo en uno, y de evidenciar experimentalmente que lo ya realizado en esta orientación es “verdad”, podrá dar a su Fe un tinte de certeza. Será esta Fe especial de individuo selecto lo que simiente la creencia futura del hombre ordinario. La misión es vital.

El futuro de la humanidad depende del tipo de puente que se le extienda, de su solidez, del lugar adecuado donde se construye, en la fecha de la gran crecida de fenómenos por ocurrir.
Solamente ahora trataremos de definir más precisamente la Fe, concepto en sí, muy diferente al de creencia, en otras razones, por el sólo hecho de tener un vocablo propio.

Al contrario de la creencia, que existe pluralizada, la Fe es una y se adapta al singular. Un hombre tiene muchas creencias, y si bien puede tener Fe en muchas cosas, esa es una sola; las creencias son distintas.

La Fe posee tónica y dirección. Como potencial en el hombre es mucho más vibrátil y poderosa que una creencia.
La creencia como instrumento es siempre una entrega al azar, a la desconocida determinación mecánica del hombre común. La Fe es ciega, pero palpa el camino y no se equivoca en la dirección: “no sé lo que es, pero sé lo que no es”. Por eso la Fe sirve para obrar.

La Fe, si bien posee la anterior característica, va mucho más allá en su potencial y sirve para transformarse; al transformarse, el nuevo individuo ha transformado la realidad anterior. El mundo también ha cambiado.

La Fe es dinámica, porque es viva como materia repleta de potencialidades. Si la creencia es droga, la Fe es explosiva y su expansión depende del tratamiento que se le dé. Alquímicamente, es desencadenante de poderes ocultos en uno mismo, mucho más que la creencia; lleva en ella la acción y el poder sobre el mundo. En ese sentido es mágica.
Mucho más que una creencia en lo extraordinario, Fe es una suerte de extraordinaria percepción que saca al hombre de su periferia para ir más lejos de él, como si el concepto de conocimiento espacial estuviese justamente hermanado con ella.

A causa de esto, entre otras cosas, el hombre no crea para sí una Fe, es algo externo a él, que lo induce, limitándose el sujeto a desarrollarla.
Nace de la necesidad de un maestro, de un hombre superior y en su ausencia, el medio de transmisión de hombres superiores, como las parábolas, los mitos, la arquitectura poética objetiva, los símbolos y otros. Así, la Fe se induce.

La Fe tiene un carácter objetivo; por lo menos la Fe de la cual estamos hablando. De alguna manera una Fe falsa e inexistente, no es una Fe sino una creencia. El buen musulmán tiene Fe, nosotros no hemos dicho que ella por sí sola baste para que la transformación del hombre esté bien orientada, pero dijimos que una técnica verdadera precisaba desarrollarse con Fe; es distinto.
Hay quienes saben que la Fe es materia preciosa que permite obrar por “Virtud” de ella y antes habíamos visto que una virtud era: ”una disposición del alma para obrar”.

Ahora, si relacionamos la comunión del alma con la Fe, y pensamos que el alma inexistente en el hombre común, puede empezar a ser construida cuando a alguien se le da Fe, a pesar de que el hombre común cree ir él hacia las cosas, sin aceptar que son las cosas las que van hacia él.
A un hombre se le da la oportunidad de agarrar su pequeño grano de Fe. Puede perder esa oportunidad, o bien apoderarse ávidamente de ella para desarrollarla conjuntamente con toda su integridad.

La Fe se marca en los ojos como terreno fértil para el saber, el querer y el osar. Base primera de funciones, que está antes del intelecto, afectando su interacción; antes que la emoción, pero afectándola como si estuviese relacionada con un aspecto más alto: la intención emotiva primero, luego la emoción superior.

En fin, todo lo que hemos dicho de la Fe, deberá mirarse desde un punto de vista químico, físico y cósmico. Naturalmente, estos términos de la ciencia oficial son pobres puesto que la física moderna tiene su aspecto químico, y la química se reduce, en última instancia a la física. Si hubiéramos hablado de alquimia, psíquica y cósmica hubiéramos sido más exactos.

Un bombardeo al núcleo de la “esperanza” provocará que los elementos que la componen se desconecten y formen nuevos “cuerpos” distintos de ella. Pero antes de ser bombardeados, esos elementos tenían una interrelación precisa en un medio preciso y constituían la “esperanza” y ninguna otra cosa.

Deseamos, con esta experiencia supuesta, defendernos contra la poesía subjetiva, implícita por hábitos mecánicos en nosotros, impidiendo la transmisión clara de nuestras ideas. Y, haciendo notar, que la poesía objetiva, la Santa Morfología del Universo, se muestra claramente cuando, en una síntesis magistral, aparece un átomo, un pan un Maestro, el gozo, el testimonio; o bien, la Fe.

En ese sentido, la Fe también es algo preciso.
LA MISION ES VITAL
PAZ ES FUERZA


SGyP 

noviembre 28, 2011

Acerca del Yo - Silo


Extracto de la charla con Silo sobre Intercambio sobre El Sentido de la Vida" (Acerca del Yo)
Sao Paulo 2/10/80



Mario (Silo) dice:
El punto es:  Que es lo verdadero en mi que considero el yo? A mi me parece terrible  que si yo muero, desaparezco esto que soy yo y aparezca otro: Mr. Hyde... sorpresa (risas). Mi punto es: que es lo que efectivamente me da mi sensación de mi? Por ej.: mi cédula de identidad (risas), mi nombre... yo me llamo de ese modo, me miro en el espejo y digo: ese soy yo, escucho mi voz y yo me recuerdo a mi; pero si yo me olvido de mi nombre y dejo de reconocer mi cara, por ej.: que es lo que me da la noción del yo? Me lo dan las cosas muy externas como son el aspecto y recuerdos... aquello que, no obstante el que haya cambiado desde que era pequeño hasta hoy he ido cambiando pero siempre digo que soy yo.  Cuando tenia 3 años de edad decía yo. Ahora sigo diciendo yo. Todo cambia pero soy yo.

Este yo mantiene cierta identidad que esta dada por la memoria. Ahora bien.... Que soy yo? Soy memoria, soy percepción, soy datos que han entrado por distintos aparatos, pero también soy elaboración hacia el futuro, soy registros, yo tengo un tono corporal, tengo un sistema de emociones... todo eso es lo que me da a  mi cierta unidad. En algunos casos de demencia, por ej., se pierde el registro del tono interno y de las propias sensaciones y el sujeto se siente extrañado de si mismo... como si fuera otra persona... como si se hubiera alejado de si. Es decir, son los registros que yo tengo que me dan sensación de yo.

Son también mis sufrimientos, son mis gustos... todo eso da sensación de yo. Pero eso es muy variable. Yo me olvido de mi mismo. Por ej.: Estoy caminando por la calle haciendo cosas y si alguien no me pregunta quien es usted, no me acuerdo que soy yo. Cuando estoy haciendo cualquier cosa... ahora por ej. Que estamos hablando, es posible que estemos olvidados de nosotros mismos. Si a uno le preguntan: Que esta haciendo ud.? No vamos a responder: Estoy escuchándome. (risas), pero no es que uno este pensando mientras escucha que esta escuchando. No. Uno no piensa: Yo soy Juan Perez que esta  escuchándome Uno esta escuchando y se olvida de si mismo. Lo mas frecuente es que uno este olvidado continuamente de si mismo... y, sin embargo, uno vive.  De pronto uno cae en cuenta que va a morirse y dice: caray... voy a desaparecer, y dígame, en su vida cotidiana es lo mas normal que usted desaparece, usted no siente a si mismo, no experimenta a su yo. Claro que hay momentos en que experimento mi yo.

Si me puyan, yo digo: ¿Que me están haciendo? Pero yo no tengo el registro del yo en mi vida cotidiana, a menos que yo piense.  Por actos de reflexion, tengo noción del yo, puedo hablar del yo,  pero si no estoy totalmente olvidado... miren, traten de pensar durante medio minute en ustedes mismos, sin olvidarse de ustedes mismos. Mientras estan pensando en ustedes no vayan a pensar que a lo mejor es muy tarde y tienen que irse a comer o bien  que se escucha un bocina por alla. No se distraigan de ustedes mismos durante un pequeño tiempo y van a ver como... si, se olvidan de ustedes mismos, aunque se propongan pensar en ustedes mismos. Van, vienen, la atención fluctua, la conciencia va de un objeto a otro y ustedes estan pensando: Yo soy yo mismo...basta que haya un pequeño ruido para que se escapen de ustedes mismos. Yo se que es horrible cuando uno muere perder la noción del yo, pero también debería ser horrible perder la noción del yo en la vida diaria y no lo sentimos tan horrible. Hay algo que permanece, aunque estemos distraídos del yo. Sabemos que en cualquier momento podemos retomarlo. Tal vez cuando un ser humano muera, pierda la memoria fisiologica, pierda las grabaciones, pierda los datos sensoriales, pero también se reconozca por primera vez en lo mas autentico de si mismo... ese yo profundo  al cual apela muy pocas veces en su vida.  Uno trabaja con el yo mecánico, periférico... pero ese yo profundo muy pocas veces sale. Las pocas veces en que sale es cuando uno experimenta esa fuerza y cuando uno se reconoce como tal, pero si no, siempre esta olvidado de si mismo, siempre esta alejado de si mismo... no existe el tal yo a menos que me lo pregunte. Es una combinación de factores, pero no es una cosa permanente. Puede ser que no sea tan horrible cuando uno muere... puede ser una cosa interesante (risas).

Pregunta:  Siempre que muera el yo periferico, el yo mecánico... pero ahora pregunto: no sera tan interesante el Yo interno, el Yo verdadero que viva ahora y como?
Respuesta de Silo:  Cuando nosotros tratamos que viva ahora estamos precisamente en una buena orientación. De tener el registro antes que la fe. Ese es el punto. Comenzar por actos unitivos nos dicen: por ahi. Buen camino. Captar en el silencio si surge el registro de un yo que no sea el mecánico, sino el mas profundo. Tarea interesante. Que otra posibilidad tenemos? Hay formas de meditación dinámica, hay otros estados especiales de conciencia en los cuales uno se puede poner, pero ya no sabe si es trance o no se que cosa, que datos tenemos para lograr eso? Es tan fácil acaso hallar la percepción del yo profundo? No es tan fácil la percepción del yo profundo, pero es posible dedicarle un mínimo de tiempo para tener esa experiencia. No digamos que la tenga todos los días, no digamos que la tenga continuamente. Digamos que me bastara que tenga una experiencia, para sentirme atento o en eso porque mi problema es comprobar... si las cosas funcionan o no funcionan. Entonces bastara con que tenga una experiencia de ese tipo pero que lo voy a destinar un poco de tiempo. Bueno... le voy a destinar un poco de tiempo al trabajo con el silencio, por ej. conocen uds. esa tecnica? Hablando de registros... A ustedes les ha pasado, porque si, que de pronto han sentido una alegria muy fuerte? Sin ningun motivo. Y como es la sensación?
Respuesta: de libertad total
Mario: De libertad... uno va de pronto por una calle, suelto... aparentemente no hay ningún motivo. Es parecida es sensación a cuando algo me gusta y me sale bien? O es diferente?
Respuesta: es un poco distinta
Mario: y en que se diferencia? (risas)
Respuesta:  En cuanto me sale bien el resultado de alguna cosa, me gusta. En este caso no es resultado aparentemente de nada. Es como si esto siempre estuvo conmigo.
Mario: Y cuando se da esta experiencia es breve, pero uno quisiera que volviera... Uno tiene el registro como que siempre ha estado con uno... algo muy intimo, muy cálido.

Veamos esto otro... distinto: voy a un lugar y tengo la sensación de que esto ya me ha pasado, la sensación de que esto ya lo he vivido. Me parece que ya he estado ahi otras veces. Existe eso. Casos de reconocimiento, doble. Vamos al otro caso: Todos los días veo mi habitación pero en un momento miro, la veo de un modo diferente, como si la viera por vez  primera, pero si esto lo he visto desde hace años... sin embargo ahora es distinto. Que son esas cosas extrañas que sucede... reconocer por primera vez algo que he visto siempre o ver lo opuesto... algo que no he visto nunca, que se me presenta como si lo hubiera visto en otra oportunidad. Esta otra experiencia de que no hay nada que lo justifique, nada aparente y de pronto surge un registro subito, pleno, de expansion diríamos, respiratorio, amplio... son fenómenos muy distintos en donde el yo en todos los casos se ubica atrás del fenomeno. A ver si me explico. En la vida corriente el yo esta olvidado.  No pienso en mi, sino que simplemente estoy percibiendo y haciendo cosas. Pero en cualquiera de estos 3 fenómenos yo tomo conciencia de mi yo, me observo a cierta distancia, me pregunto:... ¿que me estará pasando?, me digo: ¿qué es esto... esto lo veo por primera vez hoy?

Bien, esta sensación extraña, no se a que se debe y en el momento en que la pienso la sensación se corre.  En todos los casos, en esos 3 casos tan especiales, el yo toma distancia de si mismo, se ubica internamente y se observa frente a lo que esta ocurriendo. Quiero decir que hay una forma de ponerse mentalmente frente a los objetos, como si uno viera de adentro los objetos o como si uno se investigara a su propio yo como mas internamente. Nosotros decimos que hay un registro mas interno del propio yo que es el que produce todos estos fenómenos. El registro interno del propio yo, se puede captar lo que decimos del registro interno del propio yo? Bueno.
Pregunta: o sea el propio yo mismo?
Respuesta: No
Pregunta: no es un registro del propio yo... es el yo
Respuesta: Bien. Yo veo ese paquete de cigarillos. Yo ahora me doy cuenta que veo es paquete, ahora se que también estoy pensando en el paquete. Ya desaparece......... y si uno puede dar algunas practicas, alguna tecnica para que el otro realice, bien. Pero esto de poner como una evidencia lo que para uno es registro... ponerlo como evidencia, esto no parece positivo. Yo se lo positivo que  seria para la gente que todos tuvieran fe, supongamos en la trascendencia. Pero esto de ponerlo como dogma no va a ayudar, va a crear contradicción. Mucho mas interesante es que la gente considere en que posición se encuentra frente a ello. Es mucho mas útil que la gente se ubique... es mucho mas útil que tratar de encajar en algo que para nosotros es evidente... pero para los demás?
Pregunta: me parece que las épocas que pasan son confusas y hay una necesidad de lo que hacer.
Respuesta:  Hay necesidad, pero no es legitimo dar una respuesta en la medida en que no hay registro. Ahi esta el problema. Es curioso. En todos lados estamos hablando  de gente que tiene esa inquietud cabal. Prácticamente nos dicen eso mismo. Las épocas que vienen son épocas de confusion, épocas de desorden, épocas de problemas y la gente esta necesitando una respuesta y debemos darles una respuesta. Esta bien, la gente esta necesitando una respuesta... pero cuando damos una respuesta, esa respuesta para muchos se convierte en dogma y esa respuesta no es de ninguna manera el resultado de registro interno.  En ese problema estamos nosotros.  Estas son épocas que necesitan respuesta, no cabe duda.  Es necesario dar respuestas.  Como va a ser esa respuesta? Va a ser una respuesta que facilmente  se nos conviertan en dogma? O va a ser una respuesta tal que permita al otro ser humano ubicarse a encontrar él su respuesta? Como va a ser la cosa? Ese es el punto. Una respuesta es mas fácil... va rapido, no hay que pensar mucho. Una respuesta, y ahi esta.  Es mas útil, pero no se si contribuye a la libertad del espíritu.

Ahora... desde el punto de vista de la utilidad practica y de las cosas teóricas... la gente tiene respuestas, inclusive respuestas claras, categóricas, simples... tal vez sirviera mucho para ordenar sus propias vidas... Acá hay que elegir: ¿que sera mejor?  Dar una respuesta que sirva a la gente para ordenar sus vidas, tener coherencia y demás, aunque no la piensen, aunque no  lleguen por sus propios medios, aunque sean dogmas... que sera mejor... será mejor eso? O sera mejor darles posibilidades para que vayan buscando en una dirección y sigan con zozobra, inquietud, desorientación... que sera mejor?



SGyP 

noviembre 17, 2011

El espíritu y la opresión - Silo






            Se produjo en Valparaíso una reunión de gente «bienpensante» que tenía de sí misma la imagen del triunfo y que hubo de chocar necesariamente, con la proclama de Silo que reza así:
            “Mi enseñanza no es para los triunfadores, sino para aquellos que llevan el fracaso en su corazón”.
            Alguien pidió entonces (en tono amable), que se explicara el significado de la proclama.
           
Silo respondió que hablaría sobre el espíritu y la opresión.
             
"Existió un hombre muy poderoso que tuvo gran cantidad de ovejas. A fin de impedir su escape levantó un cerco. Sin embargo, algunas rompían la prisión y lograban fugar. Para evitar esto, el hombre poderoso trajo perros que las vigilaban noche y día.
            A pesar de todo, algunas podían huir y otras eran muertas por los cuidadores que arruinaban su carne y su piel con feroces dentelladas. Entusiasmados con esto, penetraban al redil continuando la matanza.
            Vio el hombre poderoso que el cerco era frágil para contenerlas y los cuidadores peligrosos.
            Mandó entonces en busca de un mago. Este durmió a todas las ovejas y les hizo soñar que eran libres. Al despertar, siguieron creyendo que obraban voluntariamente y ya no abandonaron a su amo.
            De este modo, el hombre poderoso retiró el cerco y los cuidadores, bastando tomar de las ovejas a su gusto cuando necesitaba de carne y de piel.
            La oveja es el espíritu del ser humano. El hombre poderoso, aquél que quiere utilizarlo. El cerco, los perros y el mago, son los ayudantes del opresor.
            
 Cercar el espíritu es separarlo del mundo por la ignorancia. Rodearlo con cuidadores, es mantenerlo en la docilidad por la violencia y la fuerza, infundiéndole el temor. Finalmente, adormecerlo es degradar el espíritu con persuasión y con bellas falsedades.
            A través del tiempo se han usado esas tres formas de asesinato del espíritu. La ignorancia, el temor y la falsa persuasión.
             
La ignorancia y el temor no han sido suficientemente poderosos como para contener los impulsos de libertad. Por otra parte, un hombre ignorante y temeroso no es tan útil al opresor como aquel que ha sido instruido y no es necesario ejercer ya violencia en él porque está de acuerdo con la infamia.
            Cuando un hombre no necesita de cercos ni de cuidadores y está conforme con la falsedad de su vida es porque su espíritu ha muerto.
            Hay quienes venden su libertad interior con tal de lograr seguridad o bienestar material. Estos son los que se dicen libres porque no desean otra vida y les resulta injurioso quien habla de la necesidad del despertar.
             
Cuando los hombres duermen de ese modo, colaboran con la opresión y producen en bien del opresor. A ellos se les considera “útiles” a las causas del Estado que a la vez sirve dócilmente a un imperio.
           
Un hombre que se ha degradado a tal punto es un triunfador y se lo pone como ejemplo de trabajo y como ejemplo de superación. Ese recibe su paga a costa del sufrimiento de otros a quienes considera incapaces.
             
El triunfador puede llegar a serlo únicamente colaborando con los mandatos del amo, se llame Estado, Moral o Religión.
           
El falso triunfador duerme, pero a menudo sus sueños están llenos de sobresalto porque tarde o temprano algunas ovejas despiertan y comienzan a despertar a las demás... Poco a poco en el redil se advierte que ya no se cree en la falsa libertad.
             
Los triunfadores no necesitan de esta enseñanza porque ya han saciado su ambición. ¿A qué tanto alboroto cuando es a los fracasados a quienes dirijo mi palabra?
            Creo únicamente en aquellos que se reconocen fuera del cerco y no gozan de los beneficios del triunfador.
            ¡Ah, triunfador! no puedes reprocharme que no hable para ti, porque no me necesitas, ¿y si hablo para el que me necesita, a qué te metes conmigo?
            Fracasados son los pobres y los enfermos y los sin fuerza y los sin porvenir. Son los que han sido defraudados en sus ideales, defraudados en sus amores, escarmentados en su fe, traicionados en su bondad.
             
Cuando te reconozcas fracasado te daré consuelo porque entonces tuyo será el espíritu y descubrirás la necesidad de la liberación interna, la necesidad del renunciamiento, la necesidad de matar el deseo”.

22 de Enero de 1969


SGyP 

noviembre 10, 2011

La mirada del otro * Compulsiones - Silo




 Extracto de la charla dada por Silo en Farellones, Enero 1991

Uno está expuesto a la mirada del otro, como si estuviera expuesto a que se yo, al sol, al fuego, a distinto tipo de radiaciones, uno está expuesto a la mirada del otro. En la exposición de la mirada del otro hay siempre valoraciones del otro, si yo valorizo mucho a una persona, estoy más expuesto a su mirada que si no la valorizo, si yo tengo una relación inestable con otra persona su mirada es vista de otro modo que si tengo una relación íntima con esa persona, porque las relaciones entre personas y las valoraciones que hago de las otras personas, hacen que yo sienta, sienta la mirada de un modo o de otro. Ese sentir la mirada del otro, muchas veces condiciona conductas, y he aquí el fenómeno interesante, y vamos a introducir una palabra tomada prestada de la sicología clásica, vamos a pedirle prestada la palabra “compulsión”; sucede que uno está expuesto a la mirada del otro, uno valoriza la mirada del otro, según la relación mete valores, y sucede, que uno se comporta frente a esa mirada de un modo que no quisiera comportarse; cuando uno hace una cosa que no quisiera hacer, está sometido a una compulsión, cuando uno hace algo que no quisiera hacer, está sometido a una compulsión, es decir, fuerzas internas que se ven en conducta que no están controladas por uno, es más, a uno le crea muchos problemas.

La mirada del otro, en muchas ocasiones, suscita en mí compulsiones, y hago cosas no muy reflexivas claro. 

La acción reflexiva supone una superación de compulsiones, la planificación a futuro, la planificación de cosas que quiero hacer a futuro, será adecuada si supera compulsiones, pero ocurre que siempre se planifica de acuerdo a compulsiones… ¡esto es interesante! (risas), esto tiene un interés sumo. Y entonces uno organiza las ideas, organiza racionalmente su planificación, y por organizar racionalmente su planificación, uno dice: “mi planificación es racional”, pero en verdad que uno organiza sus ideas por la compulsión, por esas presiones que lo llevan a uno en una cierta dirección.

La mirada del otro suscita en uno: compulsiones, y lo que uno hace, lo hace en gran medida, por: compulsiones, y las planificaciones que uno hace, suelen estar movidas por: compulsiones. Esa es la palabra que le hemos pedido prestada a la sicología clásica, la palabra compulsiones (que para ellos quiere decir otra cosa, claro), fuerzas internas no controladas que determinan la acción. De manera que frente a la mirada del otro experimento modificaciones, experimento cambios, según sea la mirada, según sea la valoración que yo hago de la mirada del otro, se me seca la boca, me da taquicardia, me sube la respiración, me inhibo, salgo corriendo o bien lo agredo, le salto encima, le chillo… y después digo: ¡pero cómo puede ser! (risas), muy bien, me propongo para la próxima no hacerlo, y vuelve a suceder, o bien voy haciendo modificaciones importantes: antes huía, ahora lo agredo (risas). Compulsiones.

El sistema de compulsiones lo podemos pasear graciosamente por los estados de conciencia, así las compulsiones a las que estoy sometido en sueño profundo, comprenderán ustedes, no tengo ninguna defensa, no funcionan los mecanismos críticos ni autocríticos, según el esta de ebriedad en que me encuentre, controlo poco mi conducta, y claro, desde un estado de vigilia habitual, hago cosas movido por mis compulsiones, y no puedo hacer nada más que eso, moverme por mis compulsiones, ¿por qué no puedo hacer otra cosa? porque no sé que estoy haciendo lo que estoy haciendo, si no sé lo que estoy haciendo, sólo me mueven mis compulsiones. En la vigilia ordinaria, hago las cosas sin saber que las estoy haciendo, cuando pongo vigilancia sobre mi mismo, no pongo vigilancia sobre los objetos a los que me refiero, a las cosas a las que voy, cuando pongo vigilancia sobre mi mismo, cuando tengo conciencia de mí, lo que me ocurre es también consciente para mí. Si yo planifico en un estado de vigilia ordinaria y estoy sometido a todas esas compulsiones, mi planificación no es sino una prolongación de mis compulsiones. Si yo estoy atento cuando planifico, no cuando planifico huevadas, sino cuando planifico cosas importantes, no cuando voy a la choricería a comprar una morcilla, no, cuando planifico cosas de interés, si estoy en vigilancia sobre mi mismo, rápidamente, lo primero que salta es: las compulsiones a las que estoy sometido, y me doy cuenta de que mi “hermoso plan” en realidad es nada más que una racionalización, un ordenamiento, de esos impulsos que nada tienen que ver, a eso le llamamos: fuera de tema; continuamente estoy fuera de tema, porque estoy fuera de la comprensión de mí, fuera de la atención sobre mí, de la vigilancia sobre mi mismo, y cualquier planificación que no tenga en cuenta la vigilancia sobre sí, es una planificación de compulsiones.
Imaginen ustedes ahora, que yo estoy utilizando en este momento actual, tácticas de vida, cosas que me funcionan a veces bien y a veces mal, comportamientos, si yo planifico algo sin tener en cuenta que yo estoy presente en esas planificaciones, y que mis compulsiones están presente, las cosas que yo planifique van a tener que ver en realidad con mis tácticas de acción, que tiene que ver con mi comportamiento que a su vez deriva de la formación de un comportamiento lejano; de manera que ahora hago planificaciones a futuro y a través de esas planificaciones a futuro, no salen sino comportamiento sofisticados de la época de la cocoa, y mi “gran” planificación no es otra cosa más que la prolongación de los comportamientos en los que me formé. Examinen algunas planificaciones, que puedan considerar de gran escala, de cosas importantes, examinen cualquier planificación y se van a ver involucrados en su conducta, y se van a ver involucrados en cosas que los llevan a planificar de ese modo, cosas que los llevan a planificar de ese modo, y no se dan cuenta que esas cosas son lo que los están llevando a planificar de ese modo, y uno cree que eso es “racional”, es más, puede llegar a hacer un organigrama del carajo, puede armar todo efectivamente, puede explicarlo muy racionalmente, pero el impulso viene de otro lado. Si en las planificaciones de uno, se trataran de cosas de uno estaría bien, lógico, estaría bien, uno planifica “sus” cosas. Cuando uno en cambio, involucra a otras intenciones humanas, es decir a otras personas, si su planificación involucra a otras personas y las planificaciones ordinarias son planificaciones mecánicas en donde está por base la compulsión, entonces: raya, luego, ergo, uno involucra a otras personas en la proyección de sus compulsiones, fácil, fácil, punto. Cinco minutos para meditar.

¿Verdad que es interesante? ¿No es cierto que tiene una cosa? Es lindo, es simpático, es gracioso. Denle una vueltita mentalmente, y digo más: uno no puede sino hacer (risas) no hay otra forma de hacerlo, no hay salida, por más que lo sofistique, lo elabora, no hay otra forma.

La única posibilidad, en serio y a otro nivel es: trabajando en otro nivel, trabajando con la cabeza en otro nivel. No hay otra. O repetiremos mecánicamente lo que siempre se ha repetido, con más sofisticación, en otro momento histórico, pero será la misma cabeza que se mueve mecánicamente, sin tener conciencia de que se mueve mecánicamente. 
Esto nos llevará luego a estudiar el tema de la acción, el tema de la dirección mental en la acción, esto nos llevará a eso, al tema de las direcciones mentales.

 SGyP

noviembre 01, 2011

La Fuerza está en nosotros - Silo




 Comentarios de Silo en una cena sobre el tema de la Fuerza.


Si yo digo “Para cambiar esto hace falta tal cosa”; y “para cambiar aquello, tal otra”; estoy diciendo que para modificar algo hace falta una herramienta, una fuerza y un operador.

Para colocar un clavo en una pared, necesito un objeto contundente y una fuerza que opere sobre esa herramienta, o sea alguien que martille.
           
Para cambiar algo en mi o en el medio que me rodea también es necesaria una herramienta, una fuerza y un operador.

Cuando digo: “Sin dinero no puedo hacer nada” ,ó “Sin poder no se puede cambiar las cosas” , ó  “Sin prensa ninguna idea puede servir”, ó Sin reconocimiento no podes ser alguien”, ó “Sin belleza quien me va a querer” ; estoy diciendo y creyendo equivocadamente que la fuerza está en las cosas.

            Ahora (por un momento) imagino mi casa repleta de dinero… y sin mi. 
Toneladas de papel…  sin ninguna persona que las escriba.
Miles de cámaras de TV y micrófonos…   sin seres humanos que los dirijan o hablen. 
Un hermoso cuerpo, con lujosos vestidos…  pero sin vida. 


Entonces me pregunto: Que fuerza tiene ese dinero, esos medios de difusión, ese cuerpo , esas lujosas ropas?…

             
La fuerza está en la herramienta o en el operador?   La Herramienta puede ser una u otra, mejor o peor, pero  la  fuerza esta en el operador, en los seres humanos, en cada ser humano, la fuerza esta en mi, la fuerza esta en nosotros.



SGyP