septiembre 29, 2011

Mensajeros de un nuevo Espíritu - Silo


  

Inauguración de la Sala de Sudamérica

Queridos amigos.

Damos gracias por el apoyo que hemos recibido de miles de personas en América del Sur. Sus nombres aparecen grabados en las chapas de acero de aquella gran estela.

Damos gracias al trabajo de obreros, diseñadores, arquitectos y constructores.

Damos gracias a quienes nos acompañan en esta celebración.

...Y damos gracias  porque podemos inaugurar este lugar abierto a la reflexión personal, al estudio y al intercambio.

En estos momentos no debemos olvidar a otros puntos de encuentro que se están demarcando y multiplicando en los cinco continentes. En muchos de ellos, en numerosas salas y salitas, en distintas partes del mundo, se escucha y se ve lo que decimos y hacemos hoy aquí porque, bien sabemos, las palabras y las imágenes ruedan desde estos espacios inspiradores a los espacios virtuales y desde allí resuenan en los espacios de la espera. 

Muchos de nosotros emplazados en distintos lugares, estamos alegres con esta celebración. Estamos alegres porque no debemos agradecer ni a los gobiernos, ni a las empresas, ni a los poderosos, ni a los medios de difusión. Todo se ha construido aquí y en distintas partes del mundo gracias a los esfuerzos del Movimiento Humanista  y de un conjunto de personas que sin especulaciones ni cálculos, ha apoyado el desarrollo de nuestro Mensaje.

Por tanto, es oportuno agradecer ahora a ese gran Movimiento citando sus ideales y propuestas fundamentales que se formalizan en los seis puntos siguientes: 
  • “En primer lugar, propicia la ubicación del ser humano como valor y preocupación central, de tal modo que nada esté por encima del ser humano, ni que un ser humano esté por encima de otro.   
  • En segundo lugar, afirma la igualdad de todas las personas y trabaja por la superación de la simple formalidad de iguales derechos ante la ley avanzando hacia un mundo de iguales oportunidades para todos. 
  • En tercer lugar, reconoce la diversidad personal y cultural afirmando las características propias de cada pueblo y condenando toda discriminación que se realice en razón de las diferencias económicas, raciales, étnicas y culturales. 
  • En cuarto lugar, auspicia toda tendencia al desarrollo del conocimiento por encima de las limitaciones impuestas al pensamiento por prejuicios aceptados como verdades absolutas o inmutables. 
  • En quinto lugar, afirma la  libertad de ideas y creencias y, 
  • en sexto lugar, repudia no solamente las formas de la violencia física sino todas las otras formas de violencia económica, racial, sexual,  religiosa, moral y psicológica, como casos cotidianos arraigados en todas las regiones del mundo.”

Esos seis puntos del Humanismo constituyen para nosotros, mensajeros de un nuevo espíritu, la base de nuestra doctrina social y de nuestro compromiso de acción en el mundo.

Sin embargo, es en el trato diario con las personas concretas y es ante las angustias de la propia conciencia cuando uno se pregunta por la dirección que debe dar a su comportamiento y a su vida.

¿Cómo puede una persona decidir la dirección de su vida si está muy lejos de tener el control de su situación diaria? ¿Cómo puede una persona decidir libremente por el sentido de su vida estando sometido a las necesidades que se imponen desde su propio cuerpo? ¿Cómo puede decidir libremente encadenado como está a un sistema de urgencias económicas, a un sistema de relaciones de familia, de trabajo y de amistad que a veces se convierte en un sistema de desempleo y desesperación, de soledad, de desamparo, de fracaso de las esperanzas? ¿Cómo puede decidir libremente basándose en una información manipulada y en una exaltación mediática de antivalores capaz de mostran como máximo modelo de comportamiento al poderoso que exhibe impúdicamente la violencia, la amenaza, el atropello, la arbitrariedad y la sinrazón? ¿Cómo puede decidir libremente si los rectores morales de las grandes religiones justifican o quedan silenciosos ante los genocidios, las guerras santas, las guerras defensivas o las guerras preventivas?

Porque la atmósfera social está envenenada de crueldad, nuestras relaciones personales se hacen cada día más crueles y el trato que se da uno a sí mismo es también cada vez más cruel.

Los grandes miedos del ser humano impiden dar a la vida una dirección querida y con significado. Los temores a la pobreza, a la soledad, a la enfermedad y a la muerte se conjugan y fortalecen en la sociedad, en los grupos humanos y en los individuos...

Pero a pesar de todo... a pesar de  todo... a pesar de ese desgraciado encierro, algo leve como sonido lejano, algo leve como brisa amanecida, algo que comienza suavemente, se abre paso en el interior del ser humano...

¿Por qué, alma mía, esa esperanza? ¿Por qué esa esperanza que desde las más oscuras horas de mi infortunio, se abre paso luminosamente?

.......

Como hoy estamos en una celebración (y en algunas celebraciones la gente intercambia presentes), quisiera hacerte un regalo que, por cierto, tú verás si merece ser aceptado. Se trata, en realidad, de la recomendación más fácil  y práctica que soy capaz de ofrecer. Es casi una receta de cocina, pero confío en que irás más allá de lo que señalen las palabras...


En algún momento del día o de la noche, aspira una bocanada de aire e imagina que llevas ese aire a tu corazón. Entonces, pide con fuerza por ti y por tus seres más queridos. Pide con fuerza para alejarte de todo aquello que te trae contradicción; pide porque tu vida tenga unidad. No destines mucho tiempo a esta breve oración, a este breve pedido, porque bastará con que interrumpas un instante lo que va sucediendo en tu vida para que en el contacto con tu interior se despejen tus sentimientos y tus ideas.



Alejar la contradicción es lo mismo que superar el odio, el resentimiento, el deseo de venganza. Alejar la contradicción es cultivar el deseo de reconciliación con otros y con uno mismo. Alejar la contradicción es perdonar y reparar dos veces cada mal que se haya infligido a otros.


Esta es la actitud que corresponde cultivar. Entonces, a medida que el tiempo pase comprenderás que lo más importante es lograr una vida de unidad interna que fructificará cuando lo que pienses, sientas y hagas vaya en la misma dirección. La vida crece por su unidad interna y se desintegra por la contradicción. Y ocurre que lo que haces no queda solo en ti sino que llega a los demás. Por tanto, cuando ayudas a otros a superar el dolor y el sufrimiento haces crecer tu vida y aportas al mundo. Inversamente, cuando aumentas el sufrimiento de otros, desintegras tu vida y envenenas al mundo. ¿Y a quién debes ayudar? Primeramente, a quienes están más próximos, pero tu acción no se detendrá en ellos.

Con aquella “receta” no termina el aprendizaje sino que empieza. En aquella “receta” se dice que hay que pedir, pero ¿a quién se pide? Según lo que creas será a tu dios interno, o a tu guía o a una imagen inspiradora y reconfortante. Por último, si no tienes a quién pedir tampoco tendrás a quién dar y entonces mi regalo no merecerá ser aceptado.

Más adelante podrás considerar lo que explica el Mensaje en su Libro, en su Camino y en su Experiencia. Y también contarás con verdaderos compañeros que puedan emprender contigo una vida nueva.

En aquel simple pedido, hay también una meditación que se orienta hacia la propia vida. Y ese pedido y esa meditación irán cobrando fuerza como para transformar las situaciones cotidianas.

Avanzando de ese modo, tal vez un día captes una señal. Una señal que se presenta a veces con errores y a veces con certezas. Una señal que se insinúa con mucha suavidad, pero que en contados momentos de la vida irrumpe como un fuego sagrado dando lugar al arrobamiento de los enamorados, a la inspiración de los artistas y al éxtasis de los místicos. 
Porque, es conveniente decirlo, tanto las religiones como las obras de arte y las grandes inspiraciones de la vida salen de allí, de las distintas traducciones de esa señal y no hay por qué creer que esas traducciones representen fielmente al mundo que traducen. 
Esa señal en tu conciencia es la traducción en imágenes de lo que no tiene imágenes, es el contacto con lo Profundo de la mente humana, una profundidad insondable en que el espacio es infinito y el tiempo eterno.



En algunos momentos de la historia, se levanta un clamor, un desgarrador pedido de los individuos y los pueblos. Entonces, desde lo Profundo llega una señal. Ojalá esa señal sea traducida con bondad en los tiempos que corren, sea traducida para superar el dolor y el sufrimiento. Porque detrás de esa señal están soplando los vientos del gran cambio.


Cuando hace muchos años anunciábamos  la caída de un sistema, muchos se burlaban de lo que para ellos era imposible. Medio mundo, medio sistema supuestamente monolítico, se derrumbó.

Pero aquel mundo que cayó lo hizo sin violencia y mostró las cosas buenas que existían en la gente. Es más, antes de desaparecer desde aquel mundo se propició el desarme y se comenzó a trabajar seriamente por la paz.  Y no hubo ningún Apocalipsis. En medio planeta se derrumbó el sistema y aparte de las penurias económicas y la reorganización de las estructuras que padecieron las poblaciones, no hubo tragedias, ni persecuciones, ni genocidios. ¿Cómo ocurrirá la caída en la otra mitad del mundo? Que la respuesta al clamor de los pueblos sea traducida con bondad, sea traducida en la dirección de superar el dolor y el sufrimiento.

Como seres humanos no somos ajenos al destino del mundo. Orientemos nuestra vida en dirección a la unidad interna, orientemos nuestra vida en dirección a la superación de las contradicciones, orientemos nuestra vida hacia la superación del dolor y el sufrimiento en nosotros, en nuestro prójimo y en donde podamos actuar.

Que nuestra vida crezca superando la contradicción y el sufrimiento. Que nuestra vida avance haciendo avanzar a los demás.

En este día de celebración quisiera dar un saludo muy afectuoso a todos los que están aquí presentes y también a aquellos que estando muy alejados en el espacio se encuentran comunicados con nosotros.


La Reja. 7 de Mayo de 2005.


SGyP 

septiembre 22, 2011

Agotar la Razón - Silo


          
 (respuesta de Silo a una carta enviada por Isaías N. - 12-8-1977)


            Si quieres ser inmortal, puedes serlo. Así de fácil. Casi como tomar un taxi en la esquina. Pero a fin de hacer las cosas con cierta prolijidad, es bueno tomar al aparato razonador y no frenarlo, disminuirlo, oscurecerlo..., no, sino todo lo contrario. Tomar al presuntuoso y estúpido aparato razonador y llevarlo a sus límites, poner en evidencia su pequeñez y por último, estrellarlo contra su propia nada. Esto hay que aprenderlo muy bien y no dejarse ganar por la fatiga. No hay que detener a la razón, sino ampliarla y llevarla hasta sus propios límites... hasta que se dé por vencida. Luego sacarle fotografías, publicarlas en los diarios de mayor tiraje y gritar bien fuerte (para que luego no quepa duda alguna): “vengan a ver a la diosa Razón, miren qué maravilla, observen qué bien funcionan sus transistores”.
         
   No hay que ponerle impedimentos al aparato razonador...
            Un reformador religioso, en su momento explicó el “peca fuerte”, dando a entender que luego el arrepentimiento sería mayor y aumentarían las posibilidades de salvación. Es claro, el muchacho era un poco exagerado porque el concepto de pecado podía llevarlo al suicidio por ejemplo, o bien a otro tipo de operaciones limitativas para el propio desarrollo. Pero, en cambio, aplicando el “peca fuerte” a cosas menores e inocentes, por ejemplo al ejercicio de la razón, la cosa mejora mucho.
          
  No puedes trascender el pensar mecánico, sino has comprobado en su ejercicio sus verdaderos límites. Desde luego que eso no se pide a quienes no saben siquiera dónde están parados. Eso se pide a quien está haciendo un “trabajo” consigo mismo.
           
El aparato racional, es una gran maravilla, pero él no es la mente. La mente es más (en cuanto cantidad) y es otra cosa (en cuanto calidad).
            En fin, un caso. Describa sicológicamente, racionalmente, el sentimiento religioso. ¿Ya lo ha hecho usted realmente? ¿Ha llevado la descripción hasta sus límites posibles? ¿O es que usted confunde una sensación gástrica con la ausencia de Dios? Bien, si usted sabe de qué estamos hablando, entonces ya ha hecho su Katarsis, su purificación. De otro modo, usted es un racionalista incompleto. Usted no es un “iniciado” sino una persona mal informada, pronta a ser sacudida en su fé, cuando alguien le diga por ejemplo, que las enzimas existen y que el trabajo subcortical corresponde al primitivismo mágico y explica el surgimiento de las religiones. No, a nosotros no con esas historias, porque las conocemos muy bien. Nosotros no estamos más acá de la razón. Nosotros estamos más allá de la razón. Es más, la hemos llevado a límites que habrían hecho perder pié a un racionalista. Ese es el punto.
             
No agitarse, ni preocuparse. Todo está muy bien y la razón será entonces una amiga y no una vedette.
            Ya se hablará de lo que haya que hablar. Si digo por ejemplo, “el espíritu del ser humano es inmortal”, digo algo verdadero pero no será igual para un ignorante que para quien encuentra los límites de su aparato racional trabajando en una Escuela de sabiduría.
            De manera que ya se hablará sobre todo esto. Entre tanto, cuanto más estudio, clarificación racional y trabajo sobre sí mismo, mucho mejor.
           



SGyP 

septiembre 16, 2011

- Silo -






Cuando se habló de las ciudades de los dioses adonde quisieron arribar numerosos héroes de distintos pueblos; cuando se habló de paraísos en que dioses y hombres convivían en original naturaleza transfigurada; cuando se habló de caídas y diluvios, se dijo gran verdad interior.

Luego los redentores trajeron sus mensajes y llegaron a nosotros en doble naturaleza, para restablecer aquella nostálgica unidad perdida. También entonces se dijo gran verdad interior.

Sin embargo, cuando se dijo todo aquello colocándolo fuera de la mente, se erró o se mintió.
Inversamente, el mundo externo confundido con la interna mirada obliga a ésta a recorrer nuevos caminos.

Así, hoy vuela hacia las estrellas el héroe de esta edad. Vuela a través de regiones antes ignoradas. Vuela hacia afuera de su mundo y, sin saberlo, va impulsado hasta el interno y luminoso centro.


El Mensaje de Silo, cap XX: La Realidad Interior. 











A tí hermano mío arrojo esta esperanza, esta esperanza de alegría, esta esperanza de amor, para que eleves tu corazón y eleves tu espíritu y para que no olvides elevar tu cuerpo".



 

septiembre 04, 2011

La Trascendencia - Silo



 “No hay sentido en la vida si todo termina con la muerte.”




La Mirada Interna

1    Capítulo XIII de “El Paisaje Interno” – “Los sentidos provisionales”
1.   Cuando movido por la pendular compensación busco sentidos que justifiquen mi existencia, me dirijo hacia lo que necesito o creo necesitar. En todo caso, ¿si no consigo aquello, o bien si lo consigo, qué pasará con mi sentido (en cuanto movimiento en una dirección)?
2.   Estos sentidos provisionales, necesarios para el desarrollo de la actividad humana, no fundamentan mi existencia. Por otra parte, si me afirmo en una particular situación ¿qué sucederá cuando el accidente la desarticule?
3.   A menos que se quiera reducir la existencia al agotamiento o la frustración, será menester descubrir un sentido que ni aun la muerte (si fuera el accidente), pueda agotar o frustrar.
4.   No podrás justificar la existencia si pones como su fin el absurdo de la muerte. Hasta ahora fuimos compañeros de lucha. Ni tú, ni yo, quisimos doblegarnos ante dios alguno. Así quisiera recordarte siempre. ¿Por qué, entonces, me abandonas cuando voy a desobedecer a la muerte inexorable? ¿Cómo es que hemos dicho: “¡Ni aún los dioses están por encima de la vida!”, y ahora te arrodillas ante la negación de la vida? Tú haz como quieras, pero yo no bajaré la cabeza ante ningún ídolo aunque se presente “justificado” por la fe en la razón.
5.   Si la razón debe estar en función de la vida, que sirva para hacernos saltar sobre la muerte. Que la razón, entonces, elabore un sentido exento de toda frustración, de todo accidente, de todo agotamiento.
6.   No aceptaré a mi lado al que proyecte una trascendencia por temor sino a quien se alce en rebelión contra la fatalidad de la muerte.
7.   Por ello quiero a los santos que no temen sino que verdaderamente aman. Quiero a los que con su ciencia y su razón vencen a diario el dolor y el sufrimiento. Y, en verdad, no veo diferencia entre el santo y el que alienta la vida con su ciencia. ¿Qué mejores ejemplos, qué guías superiores a esos guías?
8.   Un sentido que quiera ir más lejos que lo provisional no admitirá la muerte como el fin de la vida, sino que afirmará la trascendencia como máxima desobediencia al aparente Destino. Y aquel que afirme que sus acciones desencadenan acontecimientos que se continúan en otros, tiene tomado entre sus manos parte del hilo de la eternidad.
2       Fragmento de “Comentarios a El Mensaje de Silo”.
En casi todas las ceremonias están presentes dos realidades que, tratadas explícitamente o no, muestran su importancia por los profundos significados que tienen para la vida. A estas realidades, que admiten diferentes interpretaciones, las conocemos bajo las designaciones de “la Inmortalidad” y “lo Sagrado”. El Mensaje concede la mayor importancia a esos temas y explica que se debe contar con pleno derecho para creer o no creer en la Inmortalidad y lo Sagrado, porque de acuerdo a cómo se emplace una persona frente a esto, así será la orientación de su vida.

El Mensaje asume las dificultades de examinar abiertamente las creencias fundamentales, chocando con la censura y la autocensura que inhiben al pensamiento libre y a la buena conciencia. En el contexto de la libre interpretación que propicia el Mensaje, se admite que para unas personas la Inmortalidad se refiera a las acciones realizadas en vida, pero que sus efectos se continúan en el mundo físico a pesar de la muerte física. Para otras, la memoria que se conserva en los seres queridos, o aun en grupos y sociedades, garantiza la persistencia después de la muerte física. Para otras más, la inmortalidad es aceptada como persistencia personal en otro nivel, en otro “paisaje” de existencia.
Siguiendo con la libre interpretación, algunos sienten a lo Sagrado como el motor del afecto más profundo. Para ellos, los hijos u otros seres queridos representan lo Sagrado y poseen un máximo valor que no debe ser envilecido por ningún motivo. Hay quienes consideran Sagrado al ser humano y a sus derechos universales. Otros experimentan a la divinidad como la esencia de lo Sagrado.

En las comunidades que se forman en torno al Mensaje, se considera que las diferentes posturas asumidas frente a la Inmortalidad y lo Sagrado no deben ser simplemente “toleradas”, sino genuinamente respetadas.
Lo sagrado se manifiesta desde la profundidad del ser humano, de ahí la importancia que tiene la experiencia de la Fuerza como fenómeno extraordinario que podemos hacer irrumpir en el mundo cotidiano. Sin la experiencia todo es dudoso, con la experiencia de la Fuerza tenemos evidencias profundas. No necesitamos de la fe para reconocer lo Sagrado. La Fuerza se obtiene en algunas ceremonias como el Oficio y la Imposición. También en las ceremonias de Bienestar y Asistencia se pueden percibir los efectos de la Fuerza.

El contacto con la Fuerza provoca una aceleración y aumento de la energía psicofísica, sobre todo si cotidianamente se realizan actos coherentes que, por otra parte, crean unidad interna orientada hacia el crecimiento espiritual.”



SGyP