Así caminando por
la galería metálica se
acerca al tope
que se
descorre en
silencio. Avanza unos pasos siguiendo a
su guía y se
encuentra en el
interior de un compartimento
semicircular en el que
convergen cuatro o cinco pasadizos similares al anterior.
El guía golpea
sobre una l mina de hierro colocada a modo de puerta y
ésta se abre.
En el interior del recinto (que tiene todas las
características de una
sala de estudios) se encuentra un individuo que invita a
pasar a Zoam.
Este lo hace mostrando seguridad. Se cierra la puerta y quedan
solos.
Con grandes pasos
se acerca al recién llegado extendiendo su mano y
presentándose como
B... Luego de aspirar profundo y
corto comienza a
desarrollar su
motivo: "hace exactamente
cuatro meses exhortamos a
usted y a su compañero a dirigir el organismo principal
del cinturón
revolucionario". Indica con un
gesto un asiento y luego se ubica
de
pie tras un escritorio amplio, bajo, obscuro.
"No desconocemos las medidas tomadas en contra de
nuestra organización
por el gobierno
de policía, ni desconocemos la
vigilancia severa que
ha desarrollado en
torno a ustedes y sus colaboradores próximos. No
ignoramos tampoco la campaña difamatoria que se extiende
aún fuera del
territorio de C.M.M.P. dirigida hacia nuestros
simpatizantes".
"¡El pueblo
que necesitamos está
engañado! Las fuerzas de propaganda
desarrollan en las
masas hábitos curiosos... pero en este caso esos
hábitos nos hacen guerra".
"Bien, hombres
de probada superioridad
necesita el movimiento...
suponemos que las
medidas tomadas por el
actual gobierno no han
influido en
vuestro ánimo". Y al marcar la última palabra lanza una
mirada ansiosa buscando los ojos de su interlocutor.
--Señor, el
problema se ha tornado ya muy
complejo. No creo
que
podamos ayudar.--
En el rostro de B...se percibe un fuerte impacto. Vacila
un instante y
con un movimiento
de todo el cuerpo, un
movimiento en el que se
traduce el intenso desaliento, balbucea:
--Pero... es que
no comprende la gravedad de la situación... el deber
patriótico que...
Zoam cierra los puños lentamente y con voz uniforme:
--El problema es
de otra índole, no toca
en nada a la técnica del
movimiento. En
otras palabras tiene poco
que ver con
la acción
revolucionaria en sí.--
--Comprender lo difícil de su situación--
--¡Perfectamente!--
--Necesitamos sin embargo explicaciones claras.--
Zoam retoma:
--Es una
dificultad de tiempo. Varatemón mi "compañero" como usted lo
llama, est
en trance de solucionar el problema.
Ahora o nunca. No
aparecer jamás la misma situación, la misma
oportunidad--.
--¿Qué problema, qué situación?-- gruñe enrojecido B...
--En fin, el intríngulis est ... ¡Sería de no
acabar!
--Bueno, esto no
es satisfactorio, ya volveremos sobre el asunto.
¡Acompáñeme!
En la cara
rústica del hombrón se perciben
todos los rasgos de la
tolerancia obligada.
Mientras camina unos pasos trata con una mano de
agrandar el cuello
de la camisa, sin duda
cree que esa presión lo
congestiona. Luego abre con violencia liberadora una
puerta lateral de
la pieza. Ambos
salen a un terrado desde el cual se domina el estadio
muy amplio.
Un montacargas desciende con ellos hasta el campo de
deportes.
Cierto viejito
estúpido pasa cerca
conduciendo un raro tractor y se
ubica en el mismo ascensor subiendo luego.
El cambio de escena ayuda a B... Su problema anterior
parece relegado;
circunscripto a un pedazo oscuro de su mente. Con gesto
grave asume el
papel de maestro:
--Estas construcciones y en gran medida la operación,
sobre todo en lo
que toca a material
de guerra, est n
financiadas por potencias
amigas.-- Y
elevando la áspera
manaza en gran ademán agrega: --¡No
hablemos por supuesto
de la solvencia
que poseen nuestras
instituciones paralelas y nuestros destacamentos
subversivos!
Espera un tiempo
e insinúa acompasadamente --¿Cree
que podemos
fracasar?--
--¡Creo que no!--
--Aún no lo
entiendo...-- Esto lo dice muy despacio,
casi deprimido,
luego se repone
y señala --¡Aquellos marcadores
electrónicos indican
los puntos que alcanzan nuestros hombres!--.
B... decide llevar
a su acompañante
sobre algunas cuestiones
generales:
"Observe, superan
los dos metros en salto en alto, los ocho en largo.
En esa categoría
mediana elevan pesos sobre cuatrocientos kilogramos.
Los récords
mundiales vigentes en cien metros llanos, cuatrocientos y
mil quinientos son
alcanzados por casi todos los
hombres de los
numerosos equipos de asalto".
Suben luego por
una rampa que se corta en el campo de
tiro con armas
livianas:
"Acá reciben
el entrenamiento diario,
luego son instruidos
en el
combate
callejero con gases venenosos,
granadas y lanzallamas
portátiles".
Siguen avanzando hasta llegar a un gran gimnasio.
"En fin, la
gimnasia les hace coordinar fuerza con agilidad, les da
equilibrio, resulta
la disciplina de síntesis. Debo hacerle notar que
a estos entrenamientos y a otros muchos se someten
¡todos! los hombres
y como usted
sabe hay diez células similares a esta distribuidas
alrededor de C.M.M.P.
"A nuestra
izquierda, las aulas de
adoctrinamiento, en ellas
se
utilizan las
proyecciones cinematográficas, las maquetas, los planos.
Ahí se capacita
técnicamente a nuestra gente en el
funcionamiento de
motores, usinas,
en la ubicación de redes eléctricas subterráneas,
gasoductos, centrales
energéticas en general, radioemisoras, etc."
"El
adiestramiento descansa sobre
el principio del
individuo
técnicamente suficiente
y físicamente completo. Sin embargo en este
tipo de luchas especializar excesivamente es fraccionar a
quien actúa.
Los grandes
especialistas son los jefes que
calculan todo, los demás
funcionan sin necesidad de comprender profundamente las
estructuras de
aquello que tocan
sus manos, basta que reconozcan y
accionen con
eficacia".
"¡Esto
no debe comprenderse
como una guerra
sino como una
Revolución¡".
"Todos los
individuos de la célula son ciudadanos del C.M.M.P. que
poco antes del
momento ir n a ocupar sus
lugares habituales en las
ciudades."
"Al frente en ese monoblock se encuentran las
habitaciones; comedores,
servicios médicos, salas de esparcimiento".
"La forma de
alimentación vitaminizada, los horarios, la movilización
se ejecutan al
detalle siempre bajo una jerarquía rígida respaldada
por un efectivo sistema de observación y custodia".
"¡Fue difícil
la selección en los primeros tiempos! todo era estudio,
tests físicos y
mentales, cuestionarios...y luego el habituar a los
escogidos a esa
nueva forma de vida. El
llevar a la realidad todos
esos diseños teóricos... ¿Cree que fracasaremos?".
--¡Creo que no!--
Mientras Zoam se
encuentra muy lejos le son
explicados detalles de
capacitación física,
entrenamiento a obscuras,
uso de vidrios
o
anteojos de
contacto contra gases
venenosos, filtros centimétricos
nasales. Detalles
de desplazamientos y acción.
Números de efectivos,
estadísticas, estudios
sobre probabilidades. Les
son expuestas las
investigaciones del
laboratorio de psicología
experimental sobre las
vibraciones de colores y su aplicación a los estandartes,
el efecto de
los sonidos, explosiones y en general de las proyecciones
de la guerra
violenta sobre la mente normal.
Se le señala
el trabajo de los talleres
de electromecánica en la
fabricación
de pequeños transceptores operando
en frecuencias
ultraelevadas, en
frecuencias de milímetros. En
fin, le es explicada
la gran m quina sediciosa en su aspecto técnico.
B...destaca dentro
del plan general la paralización
del Ejército del
Gobierno policíaco
mediante una hábil
"huelga al servicio militar"
desatada en el momento de
incorporación de la
clase ciudadana
subsiguiente. Habla
luego de la desorganización de
los Ministerios y
de los viejos
recursos de la huelga general revolucionaria, y del
saboteo, también
del terrorismo lanzado
contra la familia
de los
enemigos.
Termina explicando
la acción de las organizaciones paralelas y todo
por último recae
sobre el cinturón revolucionario y la
dirección del
mismo.
--¡Necesitamos su
ayuda! La oposición conoce muchos
detalles y sabrá
defenderse--.
--Sin nosotros podrán lo mismo. ¡Está todo dicho!--
B...cambia de actitud y en gesto conciliador anuncia:
--Este ataque
puede destruir cuatro o cinco potencias similares
a
C.M.M.P. Sin
embargo, la intención del Cuerpo Directivo se mantiene
oculta. No sabemos
qué amplitud puede alcanzar todo
esto, por eso
necesitamos precisión.--
Soslaya a Zoam y viendo que éste se conserva
impasible
todo se torna
cólera reprimida. --¡Mis
jefes ordenan
retenerlo a usted
el tiempo que sea necesario! Debo agregar que su
compañero se encuentra en camino fuertemente
custodiado--.
En ese momento
est n en el lugar del cual salieron
juntos. Se cierra
la puerta con fuerza. La figura de B... ha desaparecido...
Las calles son
regueros de explosivos y
sangre. En los
alambres
telefónicos caídos
se enreda una chaqueta. En un
poste pedazos de
carne humana, pedazos de cuerpos destrozados se adhieren
y chorrean.
Allá gritando: "¡Por Dios!" desesperado,
cae deshecho cualquier hombre
y en tanto
que el olor a luto
se expande más y más
brama el pecho
huracanado del fanático.
Acá entre
hierros retorcidos se ahogan los
gritos y estertores de la
anciana ajena a
todo, que muere achicharrada...su brasa hierve, se
incendia y luego carbón.
Flamean las banderas de las hordas y el ritmo delirante
de sus voces y
pasos da vida al
aletargado monstruo de la catástrofe. "¡Sube furioso
imbécil! ¡El instinto gregario de las bestias reunidas
como bestias te
levanta!
"¡Oh, palingenesia. Repetición de la
violencia!".
...Las paredes de
la pieza parecen cerrarse, el aire
falta, el calor
aumenta y con él la fuerza de los coros y del rojo
fuego...
Varatemón también est allí, al lado de Zoam. La
situación se reduce a
esto: Esperar,
absoluta impotencia o resolver toda esa fórmula mental
que aprisiona.
Zoam respira
entonces y se encuentran libres, nuevamente sobre
la
arena de la playa.
La casa de Irene
IRENE: Me llevo el automóvil, vuelvo creo que mañana.
MADRE: Es
peligroso...los anunciadores han dicho que desde ayer tarde
en todo el territorio...
IRENE: Siempre igual...¡Me voy!
PADRE: ¿Aún no traen el detalle de compras? Etcétera.
El vehículo se
detiene frente a una casa.
Se abre una puerta. Un
hombre joven, poco
atlético se acerca alegre; pregunta a Irene con un
gesto y luego toma el volante. Parten.
--¿Cuándo volvemos?-- pregunta él.
--No sé, mañana--.
Escudriña el rostro de Irene e indaga cortamente:
--¿Se te ocurre algo?--.
Ella contesta respaldándose:
--Antes de llegar,
aparta el coche sobre la plataforma, al lado del
camino. Quiero ver toda la ciudad--.
...Mientras Irene
dormita entran al jardín que rodea la casa antigua,
grande. Se detienen. Ya es noche.
--¡No me avisaste!--.
--Dormías--.
Entran. F...enciende
las luces de la sala. Una
araña adornada con
innúmeros caireles,
el techo muy alto, en fin, los
muebles de época.
Resalta el hogar de leña.
Ella entra en la cocina y
con familiaridad extrae de los
anaqueles
alimentos y vajilla.
Irene comenta despreocupadamente:
--Tus caseros ordenan bien las cosas.--
Transcurren seis o siete horas...
Como un ariete,
de golpe las turbinas de un avión que pasa muy bajo
sobresalta violentamente a la pareja. Los vidrios se
estremecen.
Un tiempo después
la iluminación de
una habitación contigua
desaparece. El
tocadiscos pierde velocidad,
la música llega
a una
lentitud grosera y luego silencio. No hay energía
eléctrica.
La luz del
hogar llega a la habitación. El rostro de F...se perfila
débilmente, horizontal, quieto.
--F..., querido, salgamos, tengo miedo.--
--¿Adónde quieres ir?--
--A casa...Tengo miedo.--
--Estás conmigo.--
--Sí...--
Evidentemente preocupado
F...comienza a explicar: "La
última parte ha
sido ya realizada,
el golpe está dado y
eso es todo. Hace días que
empezó el
movimiento y a muerto mucha gente,
supongo que ahora ha
muerto mucho más. Sí, no cabe duda, la revolución ha
estallado.
Acá estamos
lejos de la ciudad, no hay
peligro, además qué podríamos
hacer".
--Mis padres...--
El le acaricia el cuello largamente y después le reprocha
con ternura:
--Pensemos en
nosotros hasta que salga el sol,
mañana tal vez no
podremos...Pueden ser nuestros últimos momentos juntos.
Irene se acerca al rostro de F...y su voz muy débil
suplica:
--¡Cuéntame cosas!--
El alza la voz con fastidio:
--¿Qué cosas?--
-¡Háblame de...tus amigos.--
--¡Bah!--
Ella insiste pero casi justificándose:
--Tus amigos, conocidos tuyos, algo puedes decirme.--
--...¡Hijos de puta!--
Afuera de la
casa en el corredor, el maullido de un
gato como llanto
de niño se intensifica desproporcionadamente.
En el interior los
reflejos del fuego
y las sombras
transforman
progresivamente la
cara de él que parece dormir. Las comisuras de sus
labios se
acentúan, los pómulos se agudizan y el conjunto adquiere un
profundo carácter
de sufrimiento. Es un rostro que jamás perteneció a
F...
Sin ver sus
ojos Irene absorbe una mirada
intensa clavada en el
tiempo, una mirada
lejana enormemente triste, infinitamente sola y
anhelante. Siente
el cuerpo caliente del hombre
joven... pero la
mirada ya no
concuerda con la imagen que
se desdibuja, con eso que
permanece ahí a
su lado, regordete. Ahí está
F...no con el agudo y
casi cortante olor
a carne, a sangre,
a naturaleza. Está
F...un
complemento de
situación con olor a hombre vulgar; sin mirada.
No
obstante se acerca más a él y lo siente más.
F...sin despegar los párpados gime:
"He estado pensando Irene, no sé qué puede pasarnos
dentro de un rato,
no tenemos
seguridad... que son tres o
cuatro horas...Me molesta
tenerte conmigo no
poder movernos fuera de todo lo que
esta pasando.
¡Me molesta no
poder complotar contra algo!...Sin duda iremos a la
ciudad".
--¡Tengo que ir!--
--Así y todo...--. Su voz se ha soltado hueca y equívoca.
--Regresemos ¡vamos ya!--
--¡No!...no, todavía
es de noche. He
estado pensando, hay
cosas
perdidas que
aparecen. Recuerdo cuando iba
al Instituto toda
la
semana, desde la
mañana a la noche; sólo
la tarde del jueves era
libre. Desde entonces se me aparece no sé si porque
esta ubicado en la
mitad de los siete días o por el campo y el sol que me
recuerda, se me
aparece el jueves
como un día amarillo claro lleno de luz. No sé como
explicarte que estas cosas pequeñas llenan todo... Hoy ya
es jueves.
--Querido, abre las persianas.--
F...se incorpora,
toma del velador un paquete
de cigarrillos, da
algunos golpecitos
y extrae dos. Pone uno en boca de
Irene. Por tres
veces las chispas
muy blancas enceguecen;
acerca el fuego
a la
muchacha, luego
hacia él; se ilumina el rostro,
el pecho y sus cejas
sombreadas forman un arco m s intenso.
Se apaga esta
luz y quedan destacados el
amarillo mortecino y dos
brasas, una se mueve.
Un girar viejo y metálico. Las contraventanas se abren.
F...eructa
varias palabras aglutinadas
incomprensiblemente, luego
aclara preguntando:
--¿Viste el aerolito...largo?--
--...No, ¿por qué no vienes?...acércate.
Se nota la
silueta de F...apretada al marco de la
ventana. Enseguida
él destaca hablando bajo:
--Est muy despejado el cielo.--
Ella aspira humo
largamente y siente un prurito marcado en la punta y
en la base de la lengua. Luego esta en una casa, un club.
Hay mucha luz. Gente que baila...
Alguien: ¡Año nuevo!
Irene: (¡Cretino!) ¡Viva! (No esta J...)
Toma un vaso tras otro de alguna bebida.
La gente molesta en su camino. J...decididamente no
esta allí.
Un cargoso que esta cerca pregunta:
--¿Si tuviera que construir su casa dónde...dónde querría
levantarla?-
-
Irene lanza una
bocanada de humo sobre las
manos que sostienen una
copa ante su cara...
Se encuentra ahora en la pieza. F... en idéntica
posición.
Descubre que las
manos del recuerdo tienen la
misma potencia de la
mirada que antes imaginó; entonces regresa al club
iluminado.
--...¿dónde querría levantarla?--
--En la cima de un monte...posiblemente.--
La mirada de ella
se adhiere a las manos y busca a todo el hombre que
tiene ante sí pero la faz esta borrosa.
Ya de día él la acompaña
a su casa. Es muy temprano,
el sol se
refleja. Los pasos de ella y los otros pasos.
La imagen se esfuma.
En las noches
frías a altas horas, siente en la acera bajo su ventana
los mismos pasos mucho más lentos.
Nuevamente se
halla en la habitación. F...se aproxima sobándose los
brazos y comenta:
--Tengo frío.--
--No me respondes ¿qué pasa con tus amigos?--
--Es mala gente la que me rodea, además...--
F...aparece en una
calle de suburbio. Un bar que permanece abierto se
acerca lentamente.
Se abre la puerta. Olor a
aceite quemado. Las
paredes
violáceas. Hay poca
luz, las lámparas
eléctricas estan
cubiertas por una capa marrón grasosa.
En el fondo y a la
derecha un borracho desgarbado
hace inútiles
maniobras para fumar un lápiz.
En otro punto
cierta ramera, al parecer desdentada,
ríe frente a una
jarra de vino y frente a un individuo de cuello y pelos
negros.
Hacia el centro del local ante una mesa, un hombre maduro
algo canoso,
inclina la cabeza
reflexivamente mientras apoya su actitud mental con
un vaso golpeándolo rítmicamente sobre la madera roja.
Hay otras dos o tres personas.
F...se sienta tras
cualquier mesa y evidencia
inmediatamente un gran
alivio. Un sujeto apoyado en el mostrador lo observa con
prevención.
Así permanece unos
instantes alejado del cansancio y del
fracaso que
sumándose años y años fue a cuajar en ese preciso día.
Luego los ojos retoman. El piso esta sucio con
desperdicios y líquidos
que forman charcos
apretados. Una vena de su
mano izquierda late
despacio. En una
pared: "No se acepta... Prohibido..." etc.
Y la
mirada concluye en
el hombre de la
mesa roja. Queda
un momento
estudiándolo, buscando en él rasgos afines. Por último
F...se levanta;
puede sentir el
golpeteo del corazón, ya esta a un metro y.. .¡La
mirada del hombre lo ensarta! Vacila... Sigue avanzando,
por fin cerca
de él dice apretadamente:
--Señor, no lo
conozco a Usted, pero hoy
me encuentro ¡muy mal!.
Quisiera que...-- y hace entonces ademán de sentarse.
El individuo se
levanta bruscamente y lo mira muy de cerca,
ofuscado
mientras dilata y contrae los músculos de la mandíbula.
Recién nota F...el
color de la corbata, el
anillo con una piedra
grotesca; la transparencia de los ojos y por encima de
todo esas cejas
despobladas y acusadoras.
--¡Camarero!-- grita
el hombre sin apartar la vista de
F...que ya ha
retrocedido unos pasos.
El sujeto que
estaba pegado al mostrador se
acerca bamboleando un
trapo. F...da media vuelta y se dirige hacia la puerta.
El camarero agitando un brazo exclama:
--¡Hay muchos como ése! ¡Los tendrían que tirar al
agua!--
Resaltan de bruces las impúdicas carcajadas de la ramera.
Se abre la puerta un instante estrellándose luego...
F...est ahora junto a Irene. Sus manos transpiran.
--¿Sigues con frío?-- pregunta ella.
--¡No!--
Pasan dos horas y el amanecer entra por la ventana.
F...decide:
--¡Irene, no vuelvo a la ciudad!--
(Murmullo).
Unos minutos después él agrega:
--¡No quiero que vayas tú tampoco!--
--Necesito saber qué ha pasado en casa--
--Yo también tengo familia...--
Ella aclara indignada:
--¡No es por mi familia!-- Deja pasar un instante y luego
--Tengo sed.--
--¡Vamos!...tomemos algo.--
Es avivada la hoguera y se ven dos sombras muy próximas
fluctuar en la
pared.
Luego de una
intermisión Irene acerca a F...una
taza con líquido
caliente.
En la pared
antigua muy alta se proyectan las figuras
de una mujer y
un hombre llevando
algo a sus lados.
Est n al parecer
mirándose
enfrentados...
......................................................................
..................
Irene disminuye la
velocidad a medida que se
acerca al puente de
hierro. Un camión bloquea casi toda la carretera.
Súbitamente el
traquido de algo la hace frenar
con brusquedad. Muy
excitada comprende
que alguien ha descerrajado un balazo.
Desde un
bulto de gente
tres hombres armados se
acercan corriendo. Tienen
sendas chaquetas
de la misma forma y color.
Próximo al auto uno de
ellos grita amenazante:
--¡Descienda!--
Irene baja presurosa y una vez en tierra se le exige:
--¡Identifíquese! ¡¿Hacia dónde se dirige?!--
Gusto a fósforo
llena la boca de la muchacha; sus piernas vacilan; la
vista no se acomoda bien a la distancia de los objetos.
Necesita aire.
Todo configura el
estado anterior al desmayo... pero se apresura a
responder:
--Vuelvo a la
ciudad...¡la tablilla del coche muestra
que soy de
aquí!--
--¡Muestra que el
coche es de aquí!-- corrige la cara
recia --¿No
posee documentos?--
--No, no los traigo conmigo.--
Uno de los guardias
ha terminado de
requisar minuciosamente el
automóvil:
--¿Qué es lo que sucede?-- pregunta ella ingenuamente.
Uno que parece ser
el jefe la mira desde arriba y sonríe corto, luego
ordena:
--¡Tú protege a la ciudadana!--
El guardia que
había revisado se ubica en
el asiento trasero del
vehículo y apoya un arma larga sobre el respaldo.
El jefe abre
la puerta próxima al volante,
luego investiga con la
mirada a Irene y decide:
--¡Suba!--
Ya en marcha ven cómo el camión retrocediendo deja paso
libre.
Irene indaga a su acompañante:
--¿A dónde vamos?--
--A su casa!--
Ella va sorteando obstáculos, restos de destrozos que han
aparecido en
las calles. Los piquetes armados son traspasados gracias
al hombre que
desde su asiento presenta cada vez cierta documentación.
Al pasar por
una de las guardias se les une otro miliciano que toma
lugar al lado de ella.
Hasta ese momento
sólo se han visto objetos quemados o fragmentados
por la lucha,
pero al rodear una plazoleta
aparece lo horrible, lo
humano; vejado, rodeado de carteles con inscripciones
drásticas.
Irene advierte vibrando que su casa esta próxima...
Detiene el auto.
Una cortina se descorre apenas en la ventana de la
planta alta. Desde
allí se observa un dialogo muy vivo
entre los
ocupantes del vehículo. Por fin, uno de los sujetos pasa
a la mujer un
papel.
Ella desciende y el automóvil reemprende la marcha.
La cortina est corrida nuevamente y la puerta de
entrada abierta.
Madre: (Gritando con voz pastosa) ¡Tu padre está
arriba accidentado!
Irene: ¿Qué pasó?
Madre: Tiene las piernas destrozadas.
--¡Irene!-- vocifera alguien desde la planta alta.
Madre: Te llaman
¡sube rápido! Tu padre te
necesita, sabe que has
vuelto.
Irene: No puedo subir, voy a morirme.
Madre: (Suplicando, ahogada en llanto) ¡Te necesita!
Pasa un tiempo muy corto.
Padre: Estoy
deshecho... Irene quiero que me perdones. Hija, Irene...
tu madre sabe...
Irene: (Mirándolo muy fijo) ¡No!<R>
Cae desmayada.