abril 27, 2018

Décima Carta a mis Amigos - Silo




DECIMA CARTA A MIS AMIGOS


Estimados amigos:

Cuál es el destino de los acontecimientos actuales? Los optimistas piensan que entraremos en una sociedad mundial de abundancia en la que los problemas sociales quedarán resueltos; una suerte de paraíso en la Tierra. Los pesimistas consideran que los síntomas actuales muestran una enfermedad creciente de las instituciones, de los grupos humanos y hasta del sistema demográfico y ecológico global; una suerte de infierno en la Tierra. Los que relativizan la mecánica histórica, dejan todo reservado al comportamiento que asumamos en el momento actual; el cielo o el infierno dependerán de nuestra acción. Por supuesto, están aquellos a quienes no les interesa en lo más mínimo qué ocurrirá a quienes no sean ellos mismos.

Entre tanta opinión nos importa aquella que hace depender el futuro de lo que hagamos hoy. Sin embargo, aún en esta postura hay diferencias de criterio. Algunos dicen que como esta crisis ha sido provocada por la voracidad de la banca y las compañías multinacionales, al llegar a un punto peligroso para sus intereses estas pondrán en marcha mecanismos de recuperación, tal como ha sucedido en ocasiones anteriores. En materia de acción propician la adaptación gradual a los procesos de reconversión del capitalismo en beneficio de las mayorías. Otros, en cambio, indican que no es el caso de hacer depender toda la situación del voluntarismo de las minorías, por lo tanto se trata de manifestar la voluntad de las mayorías mediante la acción política y el esclarecimiento del pueblo que se encuentra extorsionado por el esquema dominante. Segun ellos llegará un momento de crisis general del sistema y esa situación debe ser aprovechado para la causa de la revolución. Más allá están quienes sostienen que tanto el capital como el trabajo, las culturas, los países, las formas organizativas, las expresiones artísticas y religiosas, los grupos humanos y hasta los individuos están enredados en un proceso de aceleración tecnológica y de desestructuración que no controlan. Se trata de un largo proceso histórico que hoy hace crisis mundial y que afecta a todos los esquemas políticos y económicos, no dependiendo de éstos la desorganización general ni la recuperación general. Los defensores de esa visión estructural insisten en que es necesario forjar una comprensión global de estos fenómenos al tiempo que se actúa en los campos mínimos de especificidad social, grupal y personal. Dada la interconexión del mundo no sostienen un gradualismo exitoso que sería adoptado socialmente a lo largo del tiempo, sino que tratan de generar una serie de "efectos demostración" suficientemente enérgicos para producir una inflexión general del proceso. Consecuentemente, exaltan la capacidad constructiva del ser humano para abocarse a transformar las relaciones económicas, modificar las instituciones y luchar sin descanso para desarmar a todos los factores que están provocando una involución sin retorno. Nosotros adherimos a esta última postura. Está claro que tanto ésta como las anteriores han sido simplificadas y, además, se ha eludido a múltiples variantes que derivan de cada una de ellas.

1.- La desestructuración y sus límites.

Resulta pertinente destacar los límites de la desestructuración política considerando que ésta no se detendrá hasta llegar a la base social y al individuo. Ejemplifiquemos. En algunos países se hace más evidente que en otros la pérdida del poder político centralizado. Gracias al fortalecimiento de las autonomías o a la presión de las corrientes secesionistas ocurre que determinados grupos de intereses, o simples oportunistas, desearían detener el proceso justamente allí donde quedara en sus manos el control de la situación. De acuerdo a esas aspiraciones el cantón secesionado, o la nueva república separada del país anterior, o la autonomía liberada del poder central deberían permanecer como las nuevas estructuras organizativas. Pero ocurre que estos poderes comienzan a ser cuestionados por las microregiones, los municipios o comunas, los condados, etc. Nadie ve por qué razones una autonomía liberada del poder central debería, a su vez, centralizar el poder con respecto a unidades menores por más que se pusiera como pretexto el uso del mismo idioma, o un folklore comun, o una imponderable "colectividad histórica y cultural", porque cuando se trata de recaudación fiscal y de finanzas, el folklore queda solamente para el turismo y las compañías discográficas. En el caso de que los municipios se emanciparan del poder autonómico, los barrios aplicarían la misma lógica y así habría de seguir esa cadena hasta los vecinos que viven separados por una calle. Alguien podría decir: "Por qué habríamos de pagar los mismos impuestos los que vivimos de este lado de la línea y los que viven del otro lado. Nosotros tenemos condiciones de vida más altas y nuestros impuestos van a solucionar los problemas de esa otra gente que no quiere progresar con su esfuerzo. Mejor es que cada uno se arregle con lo suyo". Desde luego que en cada casa del vecindario se podrían escuchar las mismas inquietudes y nadie podría detener ese proceso mecánico justamente en el punto que a él le interesara. Es decir que no se frenaría todo en un simple proceso de feudalización al estilo medieval, dado por poblaciones reducidas y distantes y por relaciones de intercambio esporádicas a través de vías de comunicación controladas por los feudos en pugna o por bandas recaudadoras de peaje. La situación no se asemeja a la de otras épocas en materia de producción, consumo, tecnología, comunicaciones, densidad demográfica, etc.

Por otra parte, las regiones económicas y los mercados comunes tienden a absorver el poder decisorio de los antiguos países. En una región dada, las autonomías podrían eludir a la antigua unidad nacional, pero también los municipios, o grupos de municipios, tenderían a saltar los viejos niveles administrativos y pedir su inclusión en la nueva superestructura regional reclamando su participación de miembro pleno. Aquellas autonomías, o municipios, o grupos de municipios, que contaran con un fuerte potencial económico podrían ser considerados seriamente por la unidad regional.

Nada excluye que en la guerra económica entre los distintos bloques regionales, algunos países miembros comiencen a establecer relaciones "bilaterales o multilaterales" escapando a la órbita del mercado regional en el que están incluídos. Por qué Inglaterra, p.ej. no podría establecer relaciones más estrechas con el NAFTA de América del Norte, logrando al principio excepciones dentro de la CEE y luego, de acuerdo al avance de los negocios, qué impediría que se incluyera en el nuevo mercado regional abandonando el anterior? Y si Canadá entrara en un proceso de secesión qué impediría que Quebec comenzara negociaciones fuera de la región del NAFTA? Ya no podrían existir en Sudamérica organizaciones del tipo de la ALALC o del Pacto Andino si Colombia y Chile comenzaran a integrar sus economías con miras a la inclusión en el NAFTA frente a un MERCOSUR que se vería afectado por posibles secesiones en Brasil. Por otra parte, si Turquía, Argelia y otros puntos del sur del Mediterráneo comenzaran su inclusión en la CEE, los países excluídos reforzarían su mutuo acercamiento para negociar como conjunto con otras áreas geográficas. Y qué pasaría en el contexto de los bloques regionales que hoy se visualizan, con potencias como China, Rusia y el Este europeo, dadas sus rápidas transformaciones centrífugas?

Probablemente las cosas no resulten como en los ejemplos que hemos dado, pero la tendencia a la regionalización puede tomar caminos inesperados y resultar un esquema bien diferente al que se plantea hoy en base a la contigüidad geográfica y, por tanto, en base al adocenado prejuicio geopolítico. De manera que un nuevo desorden puede ocurrir dentro de esquemas recientes que tienen como objetivo no solamente la unión económica sino también una intención de bloque político y militar. Y como, en definitiva, será el gran capital quien decida la mejor evolución de sus negocios nadie debería estar tan seguro imaginando mapas regionales arreglados de acuerdo a la contigüidad geográfica en la que la carretera, la vía férrea y el enlace radial fueron protagonistas pero que hoy tienden a quedar rediseñados por el tráfico aéreo y marítimo de gran volumen, y la comunicación satelital mundial. Ya en épocas del colonialismo la continuidad geográfica fué sustituída por un damero ultramarino de grandes potencias, que fué declinando con los dos conflictos mundiales. La reacomodación actual, para algunos, retrotrae el problema a etapas pre coloniales haciéndoles imaginar que una region económica debe estar organizada en un continuum espacial con lo cual proyectan su nacionalismo particular hacia una suerte de "nacionalismo" regional.

En definitiva, estamos diciendo que los límites de la desestructuración no están dados en lo particular por los nuevos países emancipados o las autonomías liberadas de un poder central y que tampoco están dados en lo general, por regiones económicas organizadas en base a la contigüidad geográfica. Los límites mínimos en la desestructuración están llegando al simple vecino y al individuo, y los máximos a la comunidad mundial.


2.- Algunos campos importantes en el fenómeno de la desestructuración.

Quisiera destacar, entre tantos otros posibles, tres campos de desestructuración: el político, el religioso y el generacional.
Queda claro que los partidos se alternarán ocupando el ya reducido poder estatal, resurgiendo como "derechas", "centros" e "izquierdas". Ya ocuren y ocurrirán muchas "sorpresas" al comprobarse que fuerzas dadas por desaparecidas emergen nuevamente y que agrupaciones y alineamientos entronizados desde décadas atrás se disuelven en medio del descrédito general. Esto no es una novedad en el juego político. Lo realmente original es que tendencias supuestamente opuestas podrán sucederse sin modificar en lo más mínimo el proceso desestructurador que, desde luego, las afectará a ellas mismas. Y si se trata de propuestas, lenguaje y estilo político, podremos asistir a un sincretismo general en el que los perfiles ideológicos quedarán cada día más borrosos. Frente a una lucha de slogans y formas vacías, el ciudadano medio se irá alejando de toda participación para concentrarse en lo más perceptual e inmediato. Pero la disconformidad social se hará sentir crecientemente mediante el espontaneísmo, la desobediencia civil, el desborde y la aparición de fenómenos sicosociales de crecimiento explosivo. Es en este punto donde aparece con peligrosidad el neo irracionalismo que puede liderar asumiendo formas de intolerancia como bandera de lucha. En este sentido es claro que si un poder central pretende asfixiar los reclamos independentistas, las posiciones tenderán a radicalizarse arrastrando a las agrupaciones políticas a su propia esfera. Qué partido podrá quedar indiferente (a riesgo de perder su influencia) si estalla la violencia en un punto motivada por la cuestión territorial, étnica, religiosa o cultural ? Las corrientes políticas habrán de tomar posiciones como hoy ocurre en varios lugares de Africa (18 puntos en conflicto); América (Brasil, Canadá, Guatemala y Nicaragua, sin considerar los reclamos de las colectividades indígenas de Ecuador y otros países de América del sur y sin atender a la agudización del problema racial en Estados Unidos); Asia ( 10 puntos, contando el conflicto chino-tibetano pero sin destacar las diferencias intercantonales que están surgiendo a lo largo de toda China); Asia del sur y del pacífico (12 puntos, incluyendo los reclamos de las colectividades autóctonas de Australia); Europa occidental (16 puntos); Europa oriental (4 puntos, tomando a Chequia y Eslovaquia, a la ex Yugoslavia, a Chipre y a la ex Unión Soviética como un solo punto cada una, porque de otro modo las zonas en conflicto pueden elevarse a 30, teniendo en cuenta a varios países de los Balcanes y a la Ex Unión Soviética con dificultades interétnicas y fronterizas en más de 20 repúblicas repartidas más allá de Europa oriental); Levante y Medio Oriente (9 puntos).

También los políticos tendrán que hacerse eco de la radicalización que van experimentando las religiones tradicionales como ocurre entre musulmanes e hinduístas en India y Pakistán, entre musulmanes y cristianos en la ex Yugoslavia y Líbano, entre hinduístas y budistas en Sri Lanka. Deberán expedirse en las luchas inter sectas dentro de una misma religión como ocurre en la zona de influencia del Islam entre sunnitas y chiitas, y en la zona de influencia del cristianismo entre católicos y protestantes. Habrán de participar en la persecución religiosa que ha comenzado en Occidente a través de la Prensa y de la instauración de leyes limitantes a la libertad de culto y de conciencia. Es evidente que las religiones tradicionales tenderán al acoso de las nuevas formas religiosas que están despertando en todo el mundo. Según los bienpensantes, normalmente ateos pero objetivamente aliados de la secta dominante, el hostigamiento a los nuevos grupos religiosos "no constituye una limitación a la libertad de pensamiento sino una protección a la libertad de conciencia que se ve agredida por el lavado de cerebro de los nuevos cultos que, por lo demás, atentan contra los valores tradicionales, la cultura y la forma de vida de la civilización". De este modo, políticos ajenos al tema religioso comienzan a tomar partido en esta orgía de cazabrujas porque, entre otras cosas, avisoran la popularidad masiva que empiezan a lograr estas nuevas expresiones de fé de trasfondo revolucionarista. Ya no podrán decir como en el siglo XIX, "la religión es el opio de los pueblos", ya no podrán hablar del aislamiento adormecido de las multitudes y los individuos, cuando las masas musulmanas proclaman la instauración de repúblicas islámicas; cuando el budismo en Japón (desde el colapso de la religión nacional Shinto al fin de la segunda guerra mundial) motoriza la toma del poder por el Komeitó; cuando la Iglesia Católica tiende a la formación de nuevas corrientes políticas luego del desgaste del social cristianismo y del Tercermundismo en América Latina y Africa. En todo caso, los filósofos ateos de los nuevos tiempos, tendrán que cambiar los términos y reemplazar en su discurso el "opio de los pueblos" por la "anfetamina de los pueblos".

Las dirigencias tendrán que fijar posiciones respecto a una juventud que toma características de "grupo de riesgo mayoritario" porque se le atribuye peligrosas tendencias hacia la droga, la violencia y la incomunicación. Estas dirigencias que insisten en ignorar las raíces profundas de tales problemas no están en condiciones de dar respuestas adecuadas por medio de la participación política, el culto tradicional, o las ofertas de una civilización decadente manejada por el Dinero. Mientras tanto se está facilitando la destrucción síquica de toda una generación y el surgimiento de nuevos poderes económicos que medran vilmente con la angustia y el abandono sicológico de millones de seres humanos. Muchos se preguntan ahora a qué se debe el crecimiento de la violencia en los jóvenes, como si no hubieran sido las viejas generaciones y la actual que detenta el poder, las que han perfeccionado una violencia sistemática aprovechando inclusive los avances de la ciencia y la tecnología para hacer más eficientes sus manipulaciones. Algunos destacan un cierto "autismo" juvenil, y teniendo en cuenta esa apreciación podría establecerse relaciones entre el alargamiento de vida de los adultos y el mayor tiempo de capacitación requerido para que los jóvenes superen el umbral de postergación. Esta explicación tiene asidero pero es insuficiente a la hora de entender procesos más amplios. Lo observable es que la dialéctica generacional, motor de la historia, ha quedado provisionalmente atascada y con ello se ha abierto un peligroso abismo entre dos mundos. Aquí es oportuno recordar que cuando algun pensador advirtió hace décadas sobre aquellas tendencias que hoy ya se expresan como problemas reales, los mandarines y sus formadores de opinión solo atinaron a rasgarse las vestiduras acusando a tal discurso de promover la guerra generacional. En aquellos tiempos, una poderosa fuerza juvenil que debería haber expresado el advenimiento de un fenómeno nuevo, pero también la continuación creativa del proceso histórico, fué desviada hacia las difusas exigencias de la década del '60 y empujada hacia un guerrillerismo sin salida en varios puntos del mundo. Si se pretende actualmente que las nuevas generaciones canalicen su deseperación en el tumulto musical y en el estadio de football, limitando sus reclamos a la camiseta y el póster de inocentes proclamas, habrá nuevos problemas. Tal situación de esfixia crea condiciones catárticas irracionales aptas para ser canalizadas por los fascistas, los autoritarios y los violentistas de todo tipo. No es sembrando la desconfianza hacia los jóvenes o sospechando en todo niño a un criminal en potencia, como se establecerá el diálogo. Por lo demás, nadie muestra entusiasmo por dar participación en los medios de comunicación social a las nuevas generaciones, nadie está dispuesto a la discusión pública de estos problemas a menos que se trate de "jóvenes ejemplares" que reproduzcan la temática politiquera con música de rock o se aboquen, con espíritu de boys scouts, a limpiar pingüinos empetrolados sin cuestionar al gran capital como promotor del desastre ecológico! Mucho me temo que cualquier organización genuinamente juvenil (sea laboral, estudiantil, artística o religiosa) será sospechada de las peores maldades al no estar apadrinada por un sindicato, un partido, una fundación o una iglesia. Luego de tanta manipulación se ha de seguir preguntando por qué no se integran los jóvenes en las maravillosas propuestas que hace el poder establecido y se ha de seguir respondiendo que el estudio, el trabajo y el deporte tienen ocupados a los futuros ciudadanos de provecho. En tal caso nadie debería preocuparse por la falta de "responsabilidad" de gente tan atareada. Pero si la desocupación sigue trepando, si la recesión se hace crónica, si el desamparo cunde por doquier veremos en qué se transforma la no participación de hoy. Por diferentes motivos (guerras, hambrunas, desocupación, fatiga moral) se ha desestructurado la dialéctica generacional produciéndose aquel silencio de dos largas décadas, aquella quietud que tiende ahora a ser conmovida por un grito y por una acción desgarradora sin destino.

Por todo lo anterior parece claro que nadie podrá orientar razonablemente los procesos de un mundo que se disuelve. Esta disolución es trágica pero también alumbra el nacimiento de una nueva civilización, la civilización mundial. Si esto es así, también se ha de estar desintegrando un tipo de mentalidad colectiva al tiempo que emerge una nueva forma de concientizar el mundo. Sobre este punto quisiera traer aquí lo dicho en la primera carta: "... está naciendo una sensibilidad que se corresponde con los nuevos tiempos. Es una sensibilidad que capta al mundo como una globalidad y que advierte que las dificultades de las personas en cualquier lugar terminan implicando a otras aunque se encuentren a mucha distancia. Las comunicaciones, el intercambio de bienes y el veloz desplazamiento de grandes contingentes humanos de un punto a otro, muestran ese proceso de mundialización creciente. También están surgiendo nuevos criterios de acción al comprenderse la globalidad de muchos problemas, advirtiéndose que la tarea de aquellos que quieren un mundo mejor será efectiva si se la hace crecer desde el medio en el que se tiene alguna influencia. A diferencia de otras épocas llenas de frases huecas con las que se buscaba reconocimiento externo, hoy se empieza a valorar el trabajo humilde y sentido mediante el cual no se pretende agrandar la propia figura sino cambiar uno mismo y ayudar a hacerlo al medio inmediato familiar, laboral y de relación. Los que quieren realmente a la gente no desprecian esa tarea sin estridencias, incomprensible en cambio para cualquier oportunista formado en el antiguo paisaje de los líderes y la masa, paisaje en el que él aprendió a usar a otros para ser catapultado hacia la cúspide social. Cuando alguien comprueba que el individualismo esquizofrénico ya no tiene salida y comunica abiertamente a todos sus conocidos qué es lo que piensa y qué es lo que hace sin el ridículo temor a no ser comprendido; cuando se acerca a otros; cuando se interesa por cada uno y no por una masa anónima; cuando promueve el intercambio de ideas y la realización de trabajos en conjunto; cuando claramente expone la necesidad de multiplicar esa tarea de reconexión en un tejido social destruído por otros; cuando siente que aún la persona más "insignificante" es de superior calidad humana que cualquier desalmado puesto en la cumbre de la coyuntura epocal... cuando sucede todo esto, es porque en el interior de ese alguien comienza a hablar nuevamente el Destino que ha movido a los pueblos en su mejor dirección evolutiva, ese Destino tantas veces torcido y tantas veces olvidado, pero reencontrado siempre en los recodos de la historia. No solamente se vislumbra una nueva sensibilidad, un nuevo modo de acción sino, además, una nueva actitud moral y una nueva disposición táctica frente a la vida".

Cientos de miles de personas en todo el mundo adhieren hoy a las ideas plasmadas en el Documento Humanista. Están los comunista-humanistas; los social-humanistas; los ecologista-humanistas que sin renunciar a sus banderas dan un paso hacia el futuro. Están los que luchan por la paz, por los derechos humanos y por la no discriminación. Desde luego, están los ateos y la gente de fe en el ser humano y su trascendencia. Todos estos tienen en común una pasión por la justicia social, un ideal de hermandad humana en base a la convergencia de la diversidad, una disposición a saltar sobre todo prejuicio, una personalidad coherente en que la vida personal no está separada de la lucha por un nuevo mundo.



3. La acción puntual.

Todavía quedan militantes políticos que se inquietan por saber quién será primer ministro, presidente, senador o diputado. Es posible que aquellos no comprendan hacia qué desestructuración estamos avanzando y qué poco significan las mentadas "jerarquías" en orden a la transformación social. También habrá más de un caso en el que la inquietud está ligada a la situación personal de supuestos militantes preocupados por su ubicación en el ámbito del negocio político. La pregunta, en todo caso, debe referirse a comprender cómo priorizar los conflictos en los lugares en que cada uno desarrolla su vida cotidiana y saber cómo organizar frentes de acción adecuados en base a dichos conflictos. En todo caso debe quedar en claro qué características deben tener las comisiones laborales y estudiantiles de base, los centros de comunicación directa y las redes de consejos vecinales; qué se debe hacer para dar participación a todas las organizaciones mínimas en las que se exprese el trabajo, la cultura, el deporte y la religiosidad popular. Y aquí conviene aclarar que cuando nos referimos al medio inmediato de las personas formado por compañeros de trabajo, parientes y amigos, en particular debemos mencionar a los lugares en que se dan esas relaciones.

Hablando en términos espaciales, la unidad mínima de acción es el vecindario en el que se percibe todo conflicto aunque sus raíces estén muy distantes. Un centro de comunicación directa es un punto vecinal en el que ha de discutirse todo problema económico y social, todo problema de salud, de educación y de calidad de vida. La preocupación política consiste en priorizar ese vecindario antes que el municipio, o el condado, o la provincia, o la autonomía, o el país. En verdad, mucho antes de que se formaran los países existían las personas congregadas como grupos humanos que al radicarse se conviertieron en vecinos. Luego, y a medida que se fueron montando superestructuras administrativas, se les fué arrebatando su autonomía y su poder. De esos habitantes, de esos vecinos, deriva la legitimidad de un orden dado y desde allí debe levantarse la representatividad de una democracia real. El municipio debe estar en manos de las unidades vecinales y, si esto es así, no puede plantearse como objetivo emplazar diputados y representantes de distintos niveles, como ocurre en la política cupular, sino que ese emplazamiento debe ser consecuencia del trabajo de la base social organizada. El concepto de "unidad vecinal" vale tanto para una población extensa como para una población concentrada en barrios o edificaciones de altura. La conexión entre unidades vecinales debe decidir la situación de una comuna dada y esa comuna no puede, inversamente, depender en sus decisiones de una superestructura que dicta órdenes. En el momento en que las unidades vecinales pongan en marcha un plan humanista de acción municipal y ese municipio o comuna organice su democracia real, el "efecto demostración" se hará sentir mucho más allá de los límites de ese bastión. No se trata de plantear un gradualismo que deba ir ganando terreno hasta llegar a todos los rincones de un país, sino de mostrar en la práctica que en un punto está funcionando un nuevo sistema.

Los problemas de detalle que presenta todo lo anterior son numerosos, pero su tratamiento en este escrito parece excesivo.

Reciban con esta última carta, un gran saludo.
Silo.
15/12/93.



abril 05, 2018

Discurso Silo Plaza de Mayo 14-05-1999


Silo - Plaza de Mayo 
14/05/1999





Discurso de Silo en el acto del Partido Humanista
del 14 de mayo de 1999 en Capital Federal

Amigos, compañeras y compañeros.
Lía Méndez ha desarrollado los puntos claves que forman parte de la plataforma del humanismo:
Lía Méndez nos habló de la estafa que han sufrido los jubilados, del vaciamiento de las cajas; de la inseguridad (que no se refiere simplemente a la inseguridad física en la calle), sino de la inseguridad como estilo de vida dada por la desocupación creciente, por la educación cada vez más deficiente, por la pobreza y la marginación de las que un Estado cada vez más inexistente no puede hacerse cargo, dejando todo librado a la dinámica del mercado. La inseguridad física, que es la más espectacular, debe comenzar a corregirse al redefinir correctamente el rol de las fuerzas de seguridad, al reformar sus programas de estudio y capacitación y al promover la elección directa de los comisarios, del mismo modo que con la carrera judicial y la elección directa de los jueces se debe realizar un importante avance en el que además se rescate a los jueces decentes hoy abrumados por tanto colega corrupto. También habló de la inmunidad de los funcionarios que se garantizan la impunidad al estilo pinochetista, pasando de un cargo a otro. La ley de responsabilidad política debe servir para hacer responsable de sus actos a cualquier funcionario al tiempo que prevea el desafuero y el juicio político para todo candidato electo que no cumpla las promesas y compromisos contraídos. Al pedir la penalización del delito ecológico, Lía Méndez dejó en claro que se debe eliminar la concepción según la cual una empresa puede contaminar a cambio de una simple multa.

Sobre la Convertibilidad, la deuda externa y la dolarización las cosas fueron muy claramente expuestas.

La Convertibilidad ha servido para que los capitales golondrinas vacíen el país, para aumentar la deuda externa y para destruir nuestra industria, generando desocupación y pobreza. La estabilidad actual depende del ingreso de capitales extranjeros y del endeudamiento continuo. Se debe abolir la Convertibilidad, garantizando que las deudas de la gente se mantengan al mismo valor en pesos. Se debe modificar el tipo de cambio para detener la destrucción del aparato productivo y las fuentes de trabajo. Se debe garantizar la estabilidad monetaria mediante el superávit fiscal a lograr por el no pago de los intereses de la deuda externa y por el cobro de mayores impuestos a los que más tienen.

La deuda externa, originada durante el gobierno militar y duplicada durante el gobierno de Menem, es la cadena que nos hace depender de la banca usurera y el FMI, quien dicta las políticas económicas y laborales a nuestro país. Cada vez pagamos más, cada vez tenemos menos, y cada vez debemos más. Y la gente cada vez peor. No se deben pagar más intereses, que ya representan el 15 % del presupuesto. Ya se pagó demasiado, y no se puede seguir sacrificando al pueblo a favor de la banca. Se debe formar una comisión que estudie el origen de cada partida de la deuda, porque hubo mucha corrupción en su conformación, y no se pagará lo que no corresponda. Y para los que dicen que si no se paga nos va a ir mal, que nos expliquen si ahora nos está yendo bien y cuál es el final de todo esto de seguir así las cosas.

El proyecto de dolarización supone la entrega total de nuestra política monetaria a la Reserva Federal de los EEUU, quien pasará a decidir qué bancos funcionarán, a quien deberán prestarle y a quien no. Si con la convertibilidad ya dependemos de los capitales extranjeros, a partir de la dolarización será directamente EEUU quien decida, junto a la banca extranjera, cuánta plata debe circular en Argentina, y quien la debe tener. Se debe fortalecer la estabilidad de la moneda propia con superávit fiscal. Desdolarizar la economía, y efectuar acuerdos con países de la región, para crear una moneda latinoamericana que permita el comercio internacional prescindiendo del dólar.

Este ideario debe ser puesto en marcha con urgencia, no va quedando ya mucho margen para seguir así sobre todo a partir de estas crisis que se están precipitando y que están marcando un cambio importante en el cuadro general de situación.

Muchos piensan que no es posible cambiar el estado de las cosas dada la situación regional y mundial en la que la globalización está decidiendo situaciones. En primer lugar, la llamada “globalización” no es sino la extensión de la influencia del Imperio yanqui que día a día va imponiendo sus parámetros. Se trata de una globalización dirigida y no de un proceso que resulta del simple desenvolvimiento de la historia como ocurre, en efecto, con la mundialización que se desarrolla en todas las direcciones y latitudes y en donde las influencias de unos puntos sobre otros, de unas culturas sobre otras, de unas religiones, de unos estilos de vida, son recíprocas y van contribuyendo al intercambio en dirección a una civilización total y, en definitiva, en dirección a una nación humana universal... Esta nación humana universal, esta pluralidad de pueblos, esta diversidad en la unidad humana tiende a desarrollarse pese a la uniformidad que han pretendido establecer los imperios en su momento de máxima expansión. Entramos ahora en el momento en que un imperio está logrando su máximo poder, en que está doblegando los estilos de vida de los pueblos y en que está barriendo con las entidades nacionales y culturales. Todo esto lo está haciendo con dinero y bayonetas y, desde luego, eso no augura un final civilizado para sí mismo y para los pueblos que han caído bajo su influencia.

Todo lo anterior va acompañado por una enorme descomposición que irradia desde ese centro hacia los lugares más remotos. Un imperio que internamente entra en putrefacción, en el que las tasas de delincuencia, alcoholismo, drogadicción, suicidio y depresión trepan sin freno, en el que los niños comienzan a asesinarse entre sí, en el que la vida de los adultos ha perdido sentido, en el que la vida de los ancianos es un largo recuerdo de frustración. Un imperio que empieza a ser modelo de las minorías privilegiadas de los pueblos dependientes, un imperio al que rinden culto los decadentes de todas las latitudes, poco a poco empieza su declinación, pero esto no es tan fácil de comprender en los momentos de su aparente esplendor. Así las cosas, cuando las crisis del sistema se suceden empiezan a desarrollarse también las nuevas ideas y los nuevos ímpetus de libertad.

¡Qué vamos a discutir cuando nos hablan de economía globalizada, de derecho internacional globalizado! Para nosotros se trata simplemente de prácticas imperialistas de dominación y en tales casos los pretextos son de cualquier tipo. Tomemos por ejemplo el bloqueo económico criminal impuesto a Cuba desde hace décadas; tomemos la última crisis a la que han sido arrojados los pueblos de Europa... A través de una alianza militar, Estados Unidos interviene extracontinentalmente, bombardea los balcanes y salta por encima de las Naciones Unidas que se supone es el foro internacional destinado a la discusión y solución de conflictos. Nada de esto admite ya pretextos de ocasión porque últimamente basta con decir que cualquier cosa que haga Estados Unidos en cualquier lugar del mundo se justifica por la “defensa de sus intereses”. Así, ya no es necesaria argumentación alguna.

Nuestro país y la región latinoamericana, deben buscar su propia vía de liberación y desarrollo, esa vía que no será con seguridad la que se nos impone con el pretexto de la “globalización”. El partido humanista propone su propia vía de acción y lógicamente, se opone al esquema impuesto actualmente. El momento actual es especialmente oportuno para avanzar en las propuestas y en la acción... El gobierno tambalea y las críticas se hacen oír desde todos los sectores sociales

¡Es evidente, Carlitos, que tu suerte se acabó¡ Es evidente ahora lo que desde hace mucho tiempo venimos diciendo: este modelo se está agotando solo que mucha gente es un poco lerda de entendederas y cree que Menem recién comienza su mandato. Ahora ya es posible que este funcionario renuncie y se acoja a los beneficios de la jubilación como también hemos dicho en otras ocasiones. Es más, hemos levantado cientos de miles de firmas en todo el país pidiendo esta renuncia. Hace rato que venimos pidiendo esta renuncia, pero algo ha cambiado porque los conformistas de antes, esos que nos miraban sobradoramente, ahora se rasgan las vestiduras frente a nuestra exhortación y gritan que es inconstitucional pedir la renuncia de este funcionario. Ahora que se vislumbra esta posibilidad, las personas timoratas dicen que esto sería una catástrofe, que resultaría muy grave una nueva renuncia a lo Alfonsín antes de que el período constitucional termine. En verdad que esto no sería una catástrofe sino un papelón. Esto no sería una tragedia, sería simplemente una confirmación de que este esquema no funciona y que las alternancias entre radicales y justicialistas son, como dirían los músicos: “variaciones sobre el mismo tema”. Tal vez, si esta renuncia se produjera, deberíamos agradecer al funcionario presidente por despejar el camino, por mostrar a todo el país que es el sistema el que debe cambiar, que no se trata ya más de esa ridícula alternancia bipartidista sino de empezar a elaborar un nuevo esquema, un nuevo sistema en el que se pueda empezar la reconstrucción del país... pero el funcionario presidente no querrá renunciar aunque la situación se deteriore día a día y aunque tenga que retroceder en sus pretensiones como acaba de suceder con los recortes en educación.

El análisis de este caso es muy interesante porque muestra que hay condiciones para profundizar una lucha en la que se vislumbra la posibilidad de la generalización del conflicto del que tractorazos, cortes de ruta y bloqueos en todo el país han formado parte de los elementos que pueden canalizar una gran marcha federal en la que se expresen los reclamos de los trabajadores agrarios, industriales y también de los desocupados, agregándose hoy a la lucha los estudiantes en un conjunto capaz de formar parte de la vanguardia activa de la futura huelga general. Sin embargo, el fragmentado movimiento obrero parece desesperar de sus posibilidades y hay sin duda posturas que se deben revisar. Este es el caso de ciertas posiciones en las que se considera la transformación de los sindicatos por industrias en sindicatos por empresas y que complotan directamente contra la unidad del movimiento obrero del mismo modo que se debe revisar la llamada “neutralidad” política de algunas agrupaciones sindicales que en realidad están comprometidas con el partido gobernante o la Alianza y que, por tanto, sirven a los intereses de la patronal. Estas agrupaciones deben definir posturas políticas y comprometerse con un planteo de cambio de las estructuras del país y a favor de la sanción de la ley de Propiedad de los Trabajadores tal cual ha planteado el humanismo en su material básico de propuestas, es decir en su Libro Naranja que ha llegado a las manos de economistas y referentes del movimiento obrero.

Pero mientras se profundiza la crisis, ayudada también por la crisis mundial del sistema, el funcionario presidente no podrá renunciar porque tal cosa comprometería la situación general. Sus pretendidos sucesores, sean de su partido o de la falsa oposición, están gestando un pacto de gobernabilidad, un pacto que garantice no ya un tercer período sino simplemente la conclusión de este segundo período de desaciertos. Esta corte de los milagros, se apresta a continuar con el circo donde no faltan los equilibristas, los saltimbanquis y los enanos, sobre todo los enanos. Ellos piensan en la sucesión, piensan en sostener al gobierno y, al mismo tiempo, deben mostrar a la opinión pública que no han compartido el poder sino que, en todo caso, han sido víctimas de él. ¿Cómo pretenden hacer creer que no tienen que ver con este gobierno si están prendidos desde 1989?, uno como vicepresidente y luego gobernador de Buenos Aires; otro como vicepresidente y ahora como candidato a gobernador de Buenos Aires; un tercero como candidato a vicepresidente en la fórmula en la que acompaña a Duhalde luego de haber sido el delfín de Menem, después de haber gobernado Tucumán dejándola en la ruina y el desorden de tal manera que Bussi, el represor, pudo quedarse manejando esa provincia... Pero también están los saltimbanquis que logrando una banca peronista se inspiraron para dar el salto y asociarse ahora a los radicales en una Alianza insustancial que comenzó a gestarse cuando un gobernador peronista formó un remedo de partido y obtuvo cinco millones de votos. Por supuesto que esa aventura terminó en la vergüenza y ahora se encuentra mendicando un puesto de funcionario en el supuesto futuro gobierno de Duhalde, su antiguo enemigo. No estamos hablando de los enanos y los saltimbanquis simplemente porque nos divierten en este grotesco espectáculo, sino porque es una obligación recordar el desacierto continuo de un electorado que ha sido engañado con especial facilidad por los corruptos y los traidores. Debemos preguntarnos nuevamente si millones de argentinos de buena fe volverán a repetir sus errores en una rueda que hace recordar a cierta tragedia griega. Como ya se empieza a entender, el viejo apotegma según el cual los pueblos no se equivocan ha dejado de ser un dogma de fe, porque, así como sucede con las personas, con los pueblos ocurre que a veces aciertan y a veces se equivocan.

Ya es hora de cambiar conductas y seguir un método de higiene mental y política, ese método consiste en no apoyar nuevamente a todo aquel que haya traicionado o que haya fallado en sus promesas a las esperanzas del pueblo. ¡Fácil tarea para empezar a cambiar rumbos: no apoyar nuevamente a los traidores! De este modo, probablemente no tengamos que repetir lo que acostumbramos decir en las sucesivas campañas: “¡Usted se va a equivocar nuevamente!”

¿Ahora, que debemos hacer? A nuestro juicio es hora de comenzar a construir la opción en serio, para ello se debe convocar a todas las fuerzas progresistas desde la base social para que reconociéndose en la diversidad de las concepciones y del lenguaje se empiece a caminar en las acciones concretas de oposición a este modelo. La unidad de acción, es la única vía posible porque la otra actitud: la clásica, la de siempre, la de buscar las diferencias irreconciliables en lugar de los complementos ya está demasiado explorada y bien sabemos como termina. El Partido Humanista plantea claramente que no se trata de la formación de frentes electorales sino de hacer crecer la acción unitaria en un sistema de coordinación de fuerzas progresistas y esto tendrá que desarrollarse frente a la incomprensión de algunos que, inevitablemente, quedarán marginados de este nuevo proceso que la historia está brindando.

¡Unidad en la diversidad!, ¡unidad en la acción!, ¡unidad en la lucha contra este modelo!, ¡unidad coordinada de todas la fuerzas progresistas!

¡En este día de reafirmación del espíritu humanista, un fuerte abrazo para todos!