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...Por último, el camino y yo,
humilde peregrino que regresa a su gente.
Yo que vuelvo luminoso a las
horas, al día rutinario, al dolor del hombre, a su simple alegría.
Yo que doy
de mis manos lo que puedo, que recibo la ofensa y el saludo fraterno, canto al
corazón que del abismo oscuro renace a la luz del ansiado Sentido.
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Fragmento de la Experiencia Guiada: El Viaje