La Mirada Interna - Capítulo XVIII
Miremos hacia atrás por un
instante.
Consideramos
al ser humano en total ligazón e influencia con el mundo. Dijimos
que su acción se manifiesta en el paisaje externo de acuerdo a cómo
se va formando su paisaje interno. Esa acción es variada pero lo que
define a una vida es su actividad contradictoria o unitiva. Por otra
parte, la contradicción invierte a la vida y produce sufrimiento
contaminando con él al mundo. Los actos de unidad abren el futuro
haciendo retroceder el sufrimiento en uno mismo y en el mundo.
"Humanizar la Tierra" es lo mismo que “dar” en actos unitivos. No puede tener sentido más que provisional todo objetivo que concluya en el recibir. Su destino es conducir a la contradicción.
Existe
una gran energía que puede ser movilizada al servicio de la vida: es
la fe. También, en el paisaje interno, se mueven otras fuerzas que
motivan la actividad hacia el paisaje externo: son los “modelos”.
1. Definitivamente, la pregunta
es ésta: ¿quieres superar el abismo?
2. Tal vez quieras hacerlo.
¿Pero cómo tomarás una nueva dirección si el alud ya ha sido
desprendido y en su arrastre suma lo que encuentra?
3. Cualquiera sea tu decisión
resta saber con qué medios y energía contarás para poder ejecutar
el cambio.
4. Aunque tu elección sea muy
tuya quisiera indicarte que cambiar la dirección de tu vida no es
cosa que puedas realizar solamente con recursos de trabajo interno
sino actuando decididamente en el mundo, modificando conductas.
5. Suma a la tarea tu medio
inmediato, ese que influye decisivamente sobre ti y sobre el cual tú
influyes. ¿Y cómo lo harás? No hay otro medio que éste: despertar
la fe en que la conversión de la vida invertida es posible.
6. Este es el punto en que te
dejo. Si te dispones a modificar tu vida transformarás al mundo y no
triunfará el abismo sino aquello que lo sobrepase.